Peugeot 508: la culminación de un siglo produciendo berlinas

A lo largo de su trayectoria, Peugeot ha sido reconocida por la calidad de sus berlinas. Una historia que comenzó con el Type 156 de 1920 y que tiene su continuidad en la actualidad con el Peugeot 508.


Echa un vistazo a una calle, una carretera o una autopista y verás un modelo Peugeot. La firma francesa se ha convertido en una de las marcas mejor asentadas en el mercado europeo gracias a una gama que abarca casi todos los segmentos disponibles. Así, el Peugeot 205 inició, en los años 80, la andadura de la marca del león en la categoría de los urbanos compactos mientras que, en el último lustro, los 2008, 3008 y 5008 han hecho lo propio en el terreno de los SUV’s.

Pero fueron las berlinas las que hicieron que Peugeot fuera una firma reconocida, cimentara su reputación de marca fiable y robusta, gracias a vehículos elegantes y confortables.

En 1920, tras la Primera Guerra Mundial, Peugeot lanzaba el Type 156, un vehículo con un motor que equipaba válvula de camisa y podía alcanzar los 90 km/h. Se ofrecía en versiones de cuatro y seis plazas y también se convirtió en el primer Peugeot elegido por el presidente de la República Francesa, Alexandre Millerand. Esa vocación de vehículo oficial continúa hoy en día con el 5008, coche oficial del actual presidente de Francia, Emmanuel Macron. Este modelo, además, fue el turismo en el que Peugeot inició sus pruebas con motores diésel. Su sucesor, el Type 174 (1923-28), también encontró una clientela ilustre, convirtiéndose en el vehículo favorito de los grandes actores y cantantes del momento.

La serie 4 de Peugeot daba sus primeros pasos con el 401, que se produjo entre 1934 y 1935 pero que dejó un importante legado técnico, con dos ruedas delanteras independientes que mejoraban el comportamiento en carretera, y la versión Eclipse, el primer descapotable con techo metálico retráctil. Su sucesor, el 402 (1935-41), marcaría una época por su estética, que tenía muy en cuenta un concepto novedoso para la época: la aerodinámica, que buscaba reducir el consumo de combustible y lograr las máximas prestaciones. Disponible en ocho configuraciones de carrocería, ofrecía la posibilidad de montar un cambio automático de tres velocidades, entonces reservado a los automóviles más lujosos. En cuanto a los combustibles, se podía adquirir con motor diésel y, durante los periodos de escasez de la Segunda Guerra Mundial y la Posguerra, podía adaptarse para funcionar con gasógeno.

Tras el conflicto, el mercado del automóvil se concentró en vehículos comerciales y en turismos pequeños o de gama media, como el Peugeot 203. Hubo que esperar 10 años para el regreso de la marca a este segmento con el Peugeot 403 (1955-66), que contó con una versión familiar y que fue el automóvil del detective Colombo. Sin embargo, en una época en la que el diseño del automóvil estaba en plena efervescencia, su carrocería tipo pontón se había quedado un poco pasada de moda frente a las alternativas más novedosas de la competencia.

En un tiempo récord, la marca francesa desarrolló un modelo totalmente nuevo, con una estética en línea con las últimas tendencias del momento y que incorporaba importantes novedades tecnológicas: el Peugeot 404, que acabaría siendo uno de sus modelos más longevos. Fue uno de los primeros turismos de serie en ofrecer motores de inyección de gasolina, una innovación que ofrecía más prestaciones y un menor consumo. Además, también contaba con una versión diésel cuando muy pocas marcas disponían de esa posibilidad. Se fabricó en países tan dispares como Francia, Argentina, Canadá, Chile, Australia, Madagascar o Kenia. Fue el modelo que cimentó el prestigio de la marca en África, donde aún se siguen utilizando como taxis en algunas ciudades de Etiopía por su robustez y fiabilidad.

El Peugeot 504 rompió moldes en su presentación en 1968 por su estética peculiar, firmada por Pininfarina, que acabaría por dejar su sello en todos los modelos posteriores de la marca. Sus faros trapezoidales, inspirados en los ojos de Sofía Loren, y la forma de su capó causaron sensación y acabaron imponiéndose en el mercado, como demuestran sus casi cuatro décadas de vida comercial. Su excepcional comportamiento en carretera cimentó la reputación de Peugeot como garantía de confort y placer de conducir, asociado a unos motores de altas prestaciones y una caja de cambios precisa, suave y de fácil manejo. Unas características que le valieron ser «Coche del Año en Europa» en 1969.

El Peugeot 505 hizo historia por ser la última gran berlina de la marca que recurrió a la propulsión trasera y por su comportamiento en carretera y solidez en los terrenos más difíciles. Con un exterior audaz y dinámico, firmado por Pininfarina, y un interior elegante diseñado por Paul Bracq, conocido por su trabajo en modelos de Mercedes y BMW entre los años 50 y 70, el Peugeot 505 se comercializó entre 1979 y 1997. En estas casi dos décadas, superó los 1.300.000 vehículos producidos, logrando un éxito comercial en mercados tan difíciles como el estadounidense.

Su sucesor, el Peugeot 405, con rasgos estéticos inspirados en otro mito de la marca, el 205, puso el énfasis en el placer de conducir y el confort, con suspensiones ajustadas incluso en los acabados básicos. Incorporaba novedades como los frenos ABS o un motor turbodiésel 1.9 de 90 CV. También contó con una versión de tracción integral equipada con suspensión hidroneumática. En el apartado deportivo, venció en el Rally Dakar en 1989 y 1990, además de ganar en la subida a Pikes Peak en 1988 y 1989, con Ari Vatanen a los mandos.

Las berlinas de la marca entraron en el siglo XXI a bordo del Peugeot 406, que llegó a protagonizar la saga «Taxi», tres películas dirigidas por Luc Besson donde mostraba sus prestaciones y su resistencia en las calles de Marsella. En la cuarta entrega cedería el testigo a su sucesor en la gama: el Peugeot 407.

Todo el legado de la berlinas tiene su continuidad en el 508

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En 2011, la firma gala dio un paso adelante con la primera generación del Peugeot 508, que destacó tanto por un elevado confort de marcha, que permitía devorar kilómetros con total comodidad, disfrutando, además, de un comportamiento en carretera de alto nivel.

Unas características que llegarían al renovado 508, lanzado en 2018, con líneas afiladas más cercanas a las de los deportivos y los coupés. A ello se le une una nueva gama de motores de última generación, entre los que figura una versión híbrida enchufable que desarrolla 225 CV con un consumo de 1,3 litros/100 km.

Ofrece todo un arsenal de funciones de ayuda a la conducción de última generación. Incorpora, entre otros, un sistema de visión nocturna, el i-Cockpit, el Lane Position Assist, que mantiene la posición del vehículo en la vía de circulación, y el freno automático de emergencia y la alerta de riesgo de colisión.

 

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