Desde hace décadas, Volvo es uno de los referentes del mercado en materia de seguridad y, antes de iniciar la producción de su primer coche, la nueva marca de Volvo Car Group quiere asegurarse de estar a la altura de la firma de Gotemburgo. Hablamos de Polestar, concretamente del Polestar 1, un coupé electrificado basado en el Volvo S90 que ya se ha enfrentado a su primer crashtest.
Las pruebas de seguridad se han realizado en el Volvo Cars Safety Centre de Gotemburgo, Suecia, es decir, en las mismas instalaciones por las que pasan todos los Volvo antes de iniciar su producción. El Polestar 1, sin embargo, es el primer modelo con carrocería de plástico reforzado con fibra de carbono -CFRP- que se enfrenta a estos test, por lo que se prestó especial atención a este punto, ya que, a diferencia del acero, la fibra de carbono no flexiona ante un impacto, sino que se rompe, por lo que era crucial comprobar cómo se comporta este material en una simulación de accidente.
Para ello, el prototipo de verificación del Polestar 1 fue lanzado a 56 km/h contra una barrera, simulando así una colisión frontal. Como era de esperar, la carrocería y el chasis del modelo sueco reaccionaron bien al choque, absorbiendo la energía del impacto y disipándola para no transmitirla a los pasajeros. La prueba fue, por tanto, satisfactoria, pero todavía quedan otros test para garantizar que se trata de un vehículo seguro. Zef van der Putten, responsable de la fibra de carbono en Polestar, comentó: «El resultado de esta primera prueba de choque valida la decisión de construir la carrocería del Polestar 1 en fibra de carbono. También confirma que la fibra de carbono es compatible con los más altos estándares de seguridad. Este es un ejemplo de cómo Polestar encabeza el desarrollo de nuevas tecnologías en el Volvo Car Group«.