El Porsche Boxster era a veces despreciado como producto de Porsche, como si fuera ‘menos Porsche’ que un 911. Sin embargo, el paso de los años y de las generaciones acabó elevando al Boxster a un estatus muy superior. Para los puristas de la conducción, llegó a convertirse en el coche de balance perfecto en términos dinámicos.
Y eso que poca gente conoce la historia del Boxster y el hecho de que es una de las patas sobre las que se sostiene la marca. Una pata que, de no haber existido, muy probablemente la empresa no habría tenido continuidad. Todo se remonta a principios de los años 90.
Porsche estaba en un momento financiero crítico. La empresa no era viable con tres modelos que, por así decirlo, no compartían un solo tornillo: el 968, el 911 y el 928.
Entonces, surgió la idea de reducir costes conjuntando el desarrollo de los sucesores del 968 y del 911 (de la generación 993), para lo que Porsche pidió consejo a una experta en el asunto: Toyota. Aquí reside la razón de que los Porsche Boxster (986) y 911 (996) son idénticos desde el extremo delantero hasta las puertas.
Contempla las imágenes de este prototipo del Boxster porque, lejos de ser un 911, es uno de los coches más importantes en la historia de Porsche
Pero volvamos a los orígenes. Aquella idea comenzó a rondar las cabezas pensantes de Porsche en 1991 y, en 1992, ya había un equipo trabajando en el proyecto. El prototipo resultante se llamaría Boxster, siendo este término una contracción lingüística de bóxer (por la arquitectura del motor) y roadster (por la carrocería).
El prototipo del Boxster, producido en una única unidad que descansa en el Museo Porsche de Stuttgart, suponía el retorno de Porsche a los deportivos de motor central, área que tenía abandonada desde 1976, cuando descatalogó el 914.
El diseño de la carrocería del Boxster se inspiraba en los míticos 356 Speedster y 550 Spyder y lucía un color plata que se combinaba con un interior en tono rojo.
El Porsche Boxster en su fase prototipo fue finalmente presentado en 1993, en lo que hoy conocemos como Salón de Detroit, en Estados Unidos. El modelo de producción se demoró un poco, hasta finales de 1996, y se mantuvo en el mercado hasta que llegó la segunda generación del modelo (987), en 2005.
El Boxster definitivo presentó unas cuantas variaciones cosméticas respecto al Boxster prototipo, pero mantuvo las mismas proporciones, el escape central y una forma similar en los faros y pilotos. El interior sí que recibió más cambios, puesto que el del concept era quizá demasiado transgresor. No se reprodujeron la palanca de cambio de engranaje a la vista o los aireadores de la climatización en el túnel central, aunque sí la cúpula flotante de la instrumentación.