Porsche Cayenne Turbo «Scudo Rosso»

Traemos hoy un todoterreno diferente, con unas prestaciones deportivas y un poderío difícilmente superable. No es un 4×4  capaz de abordar trialeras salvajes, aunque su extraordinario sistema de tracción y la suspensión de altura variable le permiten superar la mayor parte de los caminos que puedes encontrar en una ruta. Y no olvides que Porsche ganó el Rally Dakar en 1984 y 1986 (con un 911/959 pilotado por René Metge), y más recientemente ha triunfado en el Raid Transsyberia en tres ocasiones consecutivas con un Cayenne emparentado con el modelo que hoy nos acompaña.
Porsche Cayenne Turbo (V.O. De 2004) 20.000 €

Preparación de carretera precio de la preparación 42.110 €

El Porsche Cayenne Turbo que ves en las fotos fue matriculado nuevo en octubre de 2004, pero cuando cinco años más tarde llegó a Scudo Rosso, en Boadilla del Monte (Madrid), se decidió realizar una completa actualización, un “lifting” estético, con algunos toques aún más deportivos en el motor y las suspensiones. No es que el diseño original del vehículo estuviera caduco, pero los años no pasan en balde y para mantenerlo atractivo se decidió instalar un kit completo de carrocería Mansory, diseñado ex profeso por esta empresa suiza para el Cayenne.

En el apartado de precios, puedes ver el listado completo de las numerosas piezas instaladas, pero te aseguramos que el aspecto del coche al natural resulta imponente. Todos los componentes de carrocería han sido fabricados con gran mimo y calidad, la mayoría de ellos en poliuretado reforzado con fibra de vidrio (Pu-Rim), y otros en fibra de carbono, como spoilers inferiores o embellecedores. Las piezas ajustan a la perfección y podrían pasar perfectamente por accesorios originales del fabricante.

Preparado para el asfalto

La preparación ahonda decididamente en las prestaciones sobre asfalto del Cayenne. Aquí no hay medias tintas, y las impresionantes Pirelli P-Zero en perfiles 30 y 35 ya dan una pista… Para rematar la adaptación, se instaló un módulo electrónico para la suspensión que, intercalado en el sistema original, rebaja la altura de la carrocería al suelo en 45 mm.
Los detalles son innumerables, y, solo a título de ejemplo, indicaremos que el volante original del vehículo (con airbag) fue enviado a Suiza y lo devolvieron forrado en Alcantara con incrustaciones en fibra de carbono.

Tras un primer cambio de pintura –color tabaco– que no gustó a su propietario, finalmente se “coronó” la preparación en blanco, tal y como puedes ver en las fotos.

Gas y bramidos

Sentados a los mandos de este especialísimo Cayenne sobre sus magníficos asientos originales, el volante modificado ofrece un agradable tacto y nos permite encontrar la postura adecuada rápidamente. Ya en las primeras esquinas de la ciudad, cabe destacar la dirección con buen tacto y muy directa. Toda acción sobre el volante tiene una respuesta casi inmediata en la trayectoria del coche. La respuesta del motor es instantánea, suave y poderosa, bien ayudado por el cambio automático de seis marchas con mínimo resbalamiento del convertidor de par. La carrocería es una tabla y, a pesar de su elevada tara, el balanceo en curva es un concepto desconocido en este coche, bien guiado por los monstruosos neumáticos de bajísimo perfil y deriva inexistente. Además, este Cayenne dispone de barras estabilizadoras activas «PDCC», un sistema hidráulico controlado electrónicamente que aumenta el efecto antibalanceo de la barra en curva. En recta, en cambio, el movimiento de una rueda apenas afecta al de la otra, lo que hace que la suspensión pueda ser suficientemente cómoda sobre firme desigual.

El escape dispone de un bypass que permite “saltarse” el laberinto del silencioso trasero

Su terreno favorito es… cualquier carretera bien asfaltada. Rapidísimo y con una velocidad punta de escándalo en la autopista, también es una fiera en carreteras de montaña. La potencia disponible es abundantísima y, a base de acelerador, es posible colocar la zaga y hacer girar el coche en las curvas más lentas, con el control de tracción y estabilidad bien afinados y trabajando solo cuando el conductor comete un importante error de bulto. El sonido que emana el V8 puede ser ronco, pero educado y amable, o también un verdadero aullido, propio de la fiera que lleva dentro. Este cambio en el “vocerío” se puede manejar a voluntad del conductor. Con un mando a distancia similar de tamaño al de una alarma, se envía la señal a un servomotor que activa las mariposas intercaladas en el tramo final de escape que varía el recorrido de los gases, bien a través del laberinto del silenciador o mediante una salida mucho más directa y liberada al exterior; una idea formidable para disfrutar de la música de la bestia sin molestar al resto del vecindario.

Hasta 690 CV

Y si quieres aún más potencia, Scudo Rosso te ofrece retocar la centralita electrónica, añadiendo un par de turbocompresores más grandes y revisando el sistema de escape, para llegar hasta los 690 CV. En prestaciones, esto se traduce en una mejorada aceleración de cero a 100 km/h en 4,4 segundos, frente a los 4,7 de serie, y en una velocidad máxima de 300 km/h, 22 km/h más que el modelo sin potenciar.

Como en la vida, nunca se puede ganar en todo. En zonas bacheadas, el coche es claramente menos confortable que el Cayenne original, cortesía de los nuevos neumáticos y su bajísimo perfil, pero sin resultar incómodo.
Esta preparación limita notablemente las prestaciones todoterreno del coche, aunque el día de nuestra sesión de fotos pudimos disfrutar un buen rato de la conducción deportiva por caminos en buen estado. Una experiencia “tensa” con solo pisar el acelerador hasta la mitad. El control de tracción bloquea selectivamente la rueda que comienza a patinar y, con la reductora insertada y la suspensión levantada (aunque se han perdido 45 mm), todavía se pueden superar sencillas trialeras. Ante estos desafíos, el miedo a romper uno de los carísimos faldones inferiores de fibra de carbono te invita en seguida a volver al asfalto.

Se trata, así, de una preparación diferente para aquellos que claramente quieren disfrutar de máximas sensaciones y conducción deportiva sobre asfalto.

El consejo TT

Porsche ha llegado a preparar 28 unidades del Cayenne para competir en el rally Transsyberia, dotándolas de jaula de seguridad, neumáticos MT, protecciones integrales, anulación de sistemas electrónicos de la tracción, toma de admisión elevada, faros auxiliares, refuerzos en la suspensión delantera y un reglaje específico de los muelles neumáticos que permitía disponer de 30 centímetros de altura libre eran los elementos. En este caso, se ha buscado la estética y la eficacia en asfalto antes que lograr un vehículo imbatible fuera del asfalto. Nosotros, sinceramente, preferimos el Transsyberia.