No renunciar a la usabilidad diaria a costa de empequeñecer el formato de todo. Ese es el quid de las minicamper, como la Volkswagen Caddy California o la Ford Tourneo Courier by Tinkervan.
Claro, que aquí no hay un espacio interior brutal, pero es el tipo de furgoneta camper más recomendable si también quieres utilizarla en tu día a día, puesto que es manejable y puede consumir poco combustible.
Bien, pues lo que tenemos aquí como decíamos es la Volkswagen Caddy California. Ese apellido es el más mítico dentro del universo camper, con su máxima expresión en la Multivan.
La Caddy California mide 4,50 metros de largo, lo que no es óbice para poder disponer de una cama doble en su interior. Hay que hacer algunos malabares para extenderla, colocando los asientos delanteros en su posición más adelantada y elevada y extrayendo los traseros, pero cabes en la cama de la Caddy California a no ser que midas más de 1,90 metros de alto. Aunque bueno, también existe una versión Caddy California Maxi de 4,85 metros de largo.
Esta cama forma parte del equipamiento de serie de la Caddy California, como también la cocina de gas, el mueble para guardar utensilios de cocina, las dos bolsas de almacenaje en las ventanillas traseras y el kit plegable de mesa con dos sillas.
Todo por un precio de 40.205 euros con motor 2.0 TDI de 102 CV y cambio manual. Si quieres subir a la variante de 122 CV con cambio automático DSG de siete marchas, entonces son 43.945 euros. Y si quieres añadir tracción total 4Motion, la factura sube a 47.985 euros.
Realmente, que lleve motor diésel me parece un acierto teniendo en cuenta la clase de automóvil del que se trata. Su máximo rival, la Ford Tourneo Courier by Tinkervan, sólo se comercializa con motor de gasolina, lo que en este caso particular encarece mucho su uso.
Cómo va la Caddy California
La Caddy California que tenemos aquí es la intermedia, la de 122 CV con tracción delantera. Ofrece prestaciones más que sobradas con el siempre dulce trabajo de la caja DSG. Y anuncia un consumo de 5,7 L/100 km que en la práctica ronda los 6,8 L/100 km, lo que no está mal.
Aparte, la Caddy es una de las furgonetas de pasajeros de manejo más parejo al de un turismo. Funciona francamente bien y exhibe un aplomo y estabilidad que no es el de un Golf, pero que tampoco es el de una tosca furgoneta de reparto.
De modo que si eres de los que disfruta conduciendo, encontrarás en la Volkswagen Caddy un amigo. Es verdaderamente una pequeña furgoneta camper para todo, aunque renuncia al maletero, claro. Pero en tus desplazamientos cotidianos puedes tener un automóvil confortable, ágil, manejable y que consume poco.
Por cierto, en cuanto a calidades, aquí no hay un marcado refinamiento, ni plásticos blandos. Pero todo se ve sólido y bien ajustado, además de transmitir la sensación de durabilidad. Tiene detalles que no están bien, como que la parte táctil del control del climatizador no se ilumina de noche, pero en general es una de las furgonetas compactas mejor fabricadas.
Siempre he sido más de hoteles, pero no estoy ciego: las minicamper cada vez adquieren más sentido dentro del universo de las furgonetas camperizadas.
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