Renault renueva la gama del Mégane para mantenerlo fresco dentro del disputado segmento de los vehículos compactos. No en vano, la marca francesa ha conseguido vender siete millones de unidades en todo el mundo desde que se pusiera a la venta allá por 1995. Un diseño ligeramente nuevo, más tecnología a bordo y una gama orientada para todos los gustos son los principales avales de este nuevo Mégane.
Por fuera, el nuevo Mégane se actualiza ligeramente y ahora incorpora unos grupos ópticos 100% LED, a lo que se le suman unos vistosos intermitentes dinámicos. Por otro lado, el paragolpes delantero y la parrilla son de nueva factura. Todo ello se completa con una oferta de llantas que va de las 16 a las 18» y con una paleta de colores que cuenta con tres nuevas opciones: cobre solar, gris báltico y gris Highland.
Dentro, se aprecia el salto cualitativo en materia de tecnología con la inclusión, por primera vez, de un tablero de mandos enteramente digital con pantalla de 10,2». Esta se complementa con otra pantalla de tipo tablet de 9,3» en la que opera el sistema de infoentretenimiento Renault Easy Link. Los mandos, especialmente los que se encargan de controlar la climatización, presentan ahora una ergonomía mejorada. Ahora, el asiento del conductor recibe ajustes eléctricos, mientras que la tapicería presenta un nuevo revestimiento, según el acabado escogido.
Con versión PHEV
Es sin duda alguna la novedad más interesante en este nuevo Mégane, la cual abre las puertas a la electrificación a la gama del compacto galo. Así las cosas, se beneficia del motor híbrido enchufable E-Tech Plug-in de 160 CV y cuya tecnología está heredada de la experiencia de Renault en el Mundial de Fórmula 1. Se basa en un motor de cuatro cilindros gasolina de 1.6 litros, junto a dos motores eléctricos y una caja de cambios multimodo.
Gracias a su batería con capacidad de 9,8 kWh, puede circular en modo 100% eléctrico hasta a 135 km/h. La eficacia de su sistema de gestión de energía le permite obtener una autonomía de 50 kilómetros en ciclo mixto y hasta 65 kilómetros en ciclo urbano en modo cero emisiones, según el ciclo WLTP. Por el momento, solo se podrá asociar con el Mégane Sport Tourer, aunque llegará también a la berlina.
Tampoco faltarán los motores térmicos, con una oferta que se articula en torno a dos opciones: el 1.3 TCe de gasolina con potencias de 115, 140 y 160 CV, o bien, un bloque diésel 1.5 Blue dCi de 95 o 115 CV. A finales de año llegará el motor 1.0 TCe de la Alianza en una versión eficiente de 120 CVcon transmisión manual, optimizada para limitar el consumo y las emisiones de CO2.
R.S. y R.S. Trophy: aún más deportivos
Las versiones más dinámicas del Mégane, ataviadas con el inconfundible apellido R.S. también se renuevan. Adoptan el bloque gasolina de 1.8 litros turbo de 300 CV y con un par máximo que aumenta hasta los 420 Nm (+ 30 Nm) en la caja de cambios automática EDC y a 400 en la variante manual. El chasis Sport 4Control ofrece la máxima agilidad en curvas cerradas, así como estabilidad en curvas rápidas. Un nuevo R.S. Monitor permite visualizar numerosos parámetros del vehículo en tiempo real.
En cuanto a la excelsa versión Trophy, se diferencia por incorporar el chasis Cup que, entre otras cosas, añade un diferencial mecánico Torsen para mejorar el rendimiento dinámico en curva. También dispone de amortiguadores y muelles de suspensión cuya rigidez aumenta un 25 % y un 30 % respectivamente, y una barra estabilizadora cuyo tarado aumenta en un 10 % con respecto a Mégane R.S.