Los Toyota Camry y Corolla, el Nissan Maxima, los Honda Civic y CR-V, los Mazda 6 y RX-8… Todos ellos son modelos afectados por una de las mayores llamadas a revisión de los últimos tiempos. El motivo son los infladores de los airbags del acompañante suministrados por la firma Takata a todas las marcas japonesas: Toyota reconoce que ya tiene noticia de cinco incidentes producidos por un mal funcionamiento de los airbags, aunque también confirma que no ha habido víctimas ni lesiones de ningún tipo debidas a ello. En un accidente, los airbags no se inflaban adecuadamente, pudiendo incendiarse o dar lugar a lesiones por las piezas de metal que llegaban a saltar. En caso de encontrarse un defecto en una unidad durante su revisión, la marca en cuestión tendrá que sustituir el mecanismo de inflado. Según Toyota, esta operación lleva entre una hora y dos horas y media.
Takata es el segundo fabricante mundial de airbags y cinturones de seguridad para automóviles. Según informa la compañía a autoridades estadounidenses, la primera noticia que tuvieron de estos problemas les llegó de uno de los fabricantes japoneses en octubre de 2011; al mes siguiente, tuvieron conocimiento de un accidente con un Honda en Puerto Rico. A pesar de que seguían ocurriendo incidentes, Takata no conseguía reproducir el problema en pruebas controladas. Finalmente, la empresa de componentes concluyó que los infladores se fracturaban por la baja densidad del material usado para fabricarlos en las unidades afectadas.
El total de vehículos que tendrán que pasar por sus respectivos servicios oficiales es de 3,39 millones de unidades. De ellas, 1,73 millones son de Toyota, incluidas 490.000 unidades vendidas en Europa; todas fueron fabricadas entre noviembre de 2000 y marzo de 2004. Honda tendrá que revisar 1,14 millones -Honda ya había llamado a revisión a 2,8 millones de vehículos entre 2008 y 2011 por los posibles problemas en el airbag del acompañante-. Nissan y Mazda están afectadas en menor medida, con 480.000 y 45.463 unidades, respectivamente.
En España, Toyota ha informado de que su revisión afecta a 19.000 unidades de los Avensis, Corolla y Yaris, así como a 100 unidades del Lexus SC430.
