Después de 2020, muchos de los salones del automóvil en Europa han tenido dificultades para recuperar el atractivo que alguna vez los hizo imprescindibles en el calendario de la industria automovilística. París, que no se celebró en 2020 y tuvo una edición descafeinada en 2022, intentará una vez más consolidar su relevancia. A pesar de la confirmación de la participación de marcas ausentes hace un par de años como BMW, Mini, Audi, Volkswagen, Skoda, Ford y KIA, la lista de ausentes es notable y refleja los desafíos a los que enfrentan estos eventos en la era post-pandémica.
Lógicamente la industria francesa tiene que echar el resto y no faltará el Grupo Renault -Luca de Meo sigue creyendo en este canal comunicativo y como muestra de poderío- con sus marcas Renault, Dacia y Alpine. Su gran rival, Stellantis, apostará por el made in France de la mano de Citroën y Peugeot, reforzado por la presencia de Alfa Romeo. Se cae, de momento, Jeep.
Entre las marcas que han decidido no acudir al Salón de París 2024 se encuentran algunas de las más influyentes del sector en estos momentos, como Mercedes-Benz o Hyundai. Estas ausencias son un reflejo de una tendencia creciente en la que los fabricantes de automóviles tradicionales están reevaluando su participación en estos eventos masivos. El Grupo Volkswagen, aunque presente con algunas de sus marcas, no contará con la participación de Cupra y Seat. Desde Japón, marcas notables como Nissan, Suzuki, y Mitsubishi también han optado por no estar presentes.
En contraste, el contingente chino, liderado por BYD, sigue adelante con su participación. BYD, que ya destacó en el Salón del Automóvil de Ginebra en febrero, será uno de los principales atractivos en París, acompañado por otras marcas chinas como Xpeng y Seres GAC, Skyworth, Forthing, Hongqi y Maxus. Sin embargo, las ausencias de MG, la marca china más vendida en Europa, y de Great Wall Motors, sugiere que incluso las marcas emergentes están comenzando a mostrar reservas sobre estos eventos en nuestro continente.
El auge de las ferias en China contrasta con la situación en Europa. En los últimos años, los salones en Shanghái y Pekín han mantenido su estatus como eventos clave en el calendario mundial, mientras que en Europa, solo Múnich parece haber mantenido cierto nivel de relevancia por el apoyo de la todopoderosa industria alemana. La reciente cancelación del Salón de Ginebra para el año próximo es un ejemplo de la falta de identidad o sentido actual de estos eventos, que antaño eran los escenarios preferidos para los grandes lanzamientos y anuncios.
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