Las mascotas no sólo puede ser una fuente de distracción en el coche, sino que también es un bulto que, en una deceleración como la causada por un frenazo de emergencia, puede multiplicar su peso por 20 ó 30. Así mismo, a veces es ese peso el que puede desestabilizar el vehículo si se mueve bruscamente de un lado a otro.
En España, como en la mayoría de países europeos, el Reglamento General de Circulación es vago respecto al tema de cómo transportar a las mascotas en el coche, ya que no existe ninguna norma que se refiera a los sistemas de retención que deben llevar. En este sentido, el artículo que se aplica es el 18.1 (en el siguiente párrafo puedes leerlo), y la multa por incumplirlo es de 200 euros.
El artículo 18.1 indica que: «El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos».
En Italia la legislación es explícita respecto al transporte de animales de compañía. La ley sólo permite llevar uno y, si son más, deben ir separados en una jaula o contenedor, o mediante una red. En cualquier caso, los animales deben ir en un espacio separado: no pueden viajar sueltos ni tampoco en el asiento delantero (lo que además tendría fatales consecuencias si salta el airbag).
Cómo llevar a las mascotas en el coche

Para perros pequeños o gatos, llevarlos en un transportín facilita la colocación del animal y evita que se mueva. La ventaja de los transportines es que puedes elegir dónde colocarlos, e incluso llevan ranuras que permiten sujetarlos al cinturón de seguridad. Pero si no llevan esas ranuras, siempre hay que buscar un sitio donde permanezcan sujetos, o combinarlos con otro elemento de retención.
Para animales más grandes, tendremos que echar mano de un arnés de seguridad que los sujete y, además, los proteja también en caso de colisión leve. El arnés se ata a la correa por un lado y al enganche del cinturón de seguridad por el otro. Las mascotas siempre deben colocarse en los asientos traseros, en el lado opuesto al del conductor. En la zona del maletero corren el riesgo de asfixiarse si esté no va abierto, y pueden llegar a correr otros peligros serios para su integridad física.
Las redes deben tener la altura del coche y se enganchan por sus cuatro esquinas. Cuidado con las redes elásticas, porque no retendrán al animal. Si el perro es muy grande, tampoco nos valdrán las barras separadoras, que se instalan exactamente igual que las redes, sujetándolas por sus cuatro esquinas. En cuanto a las rejillas metálicas, estas se hacen a medida para cada vehículo y no son expresamente para animales, sencillamente retienen cualquier carga.
Por lo demás, no hay que olvidar los consejos de siempre: El animal debería hacer sus necesidades antes del viaje. Aunque hay tranquilizantes y pastillas contra mareos por si a tu mascota no le hace mucha gracia el coche, siempre ayuda que pasen las 12 horas previas en ayunas. Y si se queda dentro con el coche estacionado, que nunca esté al sol y siempre disponga de una rendija por donde le entre el aire, de lo contrario puede sufrir un shock térmico.
Pero lo mejor es que cada dos horas paremos y nos llevemos a pasear con nosotros a nuestro mejor amigo. Tampoco debe sacar jamás la cabeza por la ventanilla: corre el riesgo de contraer otitis y de golpearse contra objetos del exterior.
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