Según ha informado la Dirección General de Tráfico (DGT) a la Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO), el único requisito para acceder a esta ´ampliación´ de los derechos contenidos en el carnet B es que el permiso tenga una antigüedad de al menos dos años. Por encima de esa antigüedad, todos los conductores podrán ponerse a los mandos de un vehículo de hasta 4.250 kg de MMA sin necesidad de obtener el carnet C, que autoriza a conducir camiones.
Eso sí, la DGT deja claro que este cambio solo afectará en el caso de vehículos propulsados por energías alternativas, incluyendo furgonetas de gas -GNC o GLP- o por algún sistema electrificado. De esta manera, la DGT compensa el exceso de peso que conlleva el uso de baterías o de los depósitos adicionales para el almacenamiento de gas.
Francisco Aranda, secretario general de UNO, ha expresado que se trata «de una decisión fundamental para incentivar el uso de vehículos ecológicos en el sector logístico español. Hemos venido trabajando intensamente con la DGT en esta línea para materializar una compensación que evitara la exigencia de la obtención del permiso de conducción C para los vehículos ecológicos que por el peso de sus baterías o tanques superaran los 3.500 kilos».
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Esta modificación se suma a la reforma ya aprobada que adapta la normativa actual para permitir que los vehículos propulsados por energías alternativas, incluyendo los eléctricos, de hidrógeno, de gas natural comprimido y de gas licuado de petróleo, puedan aumentar su masa máxima autorizada hasta en una tonelada.
Según el secretario general de UNO, la medida adoptada por la DGT avanza hacia la «armonización normativa» dentro de la Unión Europea y sigue los pasos de países europeos como Suecia y Alemania. «Se trata de una medida importante para las empresas de paquetería y logística si realmente se quiere fomentar una transición de furgonetas tradicionales hacia vehículos eléctricos o de gas», añade.
Desde UNO explican que una furgoneta de 3.500 kilos, si es propulsada por energías alternativas, pasa a tener una masa máxima autorizada de 3.800 kilos debido al peso de las baterías y/o tanques de gas. Además, estos elementos provocan una pérdida en el volumen de carga. «Si el objetivo es favorecer el uso de vehículos ecológicos tenemos que salvar esta serie de dificultades que acaban frenando la expansión de su uso en España», concluye Aranda.