Coupé deportivo de cuatro puertas con motor rotativo

Prueba segunda mano: Mazda RX-8 231 CV de 2007

Jorge Mendez
Jorge Mendez
El Mazda RX-8 es coupé de 4 puertas, motor rotativo y tracción trasera. Sin duda, es uno de los deportivos más peculiares que puedes encontrar en el mercado de segunda mano.


El Mazda RX-8 es un coupé de 4 puertas poco común. Un automóvil con motor rotativo central delantero de dos cuerpos, 231 caballos de potencia y una cilindrada de 1.300 centímetros cúbicos.

Fabricado entre 2002 y 2010, este japonés es un coche peculiar: un objeto de culto y, a su vez, un modelo que, en cierto modo ha pasado desapercibido. ¿La razón? Tuvo la complicada misión de sustituir al RX-7 y su peculiar motor rotativo 1.3 gasolina de 192 y 231 CV.

Mazda RX-8: Diseño exterior

El diseño exterior del Mazda RX-8 es muy llamativo y afilado. El hecho de medir 4,43 m de largo, 1,77 m de ancho y tan sólo 1,34 m de alto hace que sea bajito, afilado y un reclamo para la atención de los demás. Mientras que, por tamaño, se situaría a medio camino entre un Alfa Romeo Brera (4,41 m) y menor que BMW Serie 3 coupé (4,58 m). A simple vista lo más característico de este coche y es que tenemos delante a un deportivo 5 puertas, ya que tiene 2 delanteras, 2 traseras (con un acceso no demasiado amplio) y que sólo permiten abrirse siempre que las delanteras ya estén abiertas. Además, hay un portón para un de 290 litros de capacidad, suficiente para 2 personas pero justo o nulo para equipaje de 4 personas.

Mazda RX-8 interiorMazda RX-8: Diseño interior

El interior es notable en materiales y ubicación de los mandos. Todo queda al alcance y tiene un tacto agradable. El conductor va sentado muy cerca del suelo, algo que hace divertida la conducción y sentirte rozando el suelo que incluso en cambios de rasante, subidas€ y en muchas ocasiones se roza.

El asiento es envolvente y no desliza demasiado, pese a ser piel. Desde el puesto de conducción se tiene una panorámica de agradable visión, teniendo como referente el cuentarevoluciones que alcanza la friolera de 10.000 rpm, algo que agrada al conductor que le apasione subir el cuentavueltas como si de una moto se tratase. El cuenta kilómetros es digital, dejando así mucho más espacio para otra serie de sensores, testigos y marcadores. Eso sí, aunque la pantalla digital es visible, quizá peque de un tamaño demasiado justo a la vista. ¿Lo peor? El volante no tiene regulación longitudinal. Por otro lado, los pedales deportivos, están algo lejos para llevar a cabo la maniobra de punta-tacón€ necesaria en este coche por la falta de bajos del motor.

La palanca de cambio es muy pequeña, manejable precisa perfecto y de recorrido muy corto. Mazda hace de la palanca un pequeño guiño o huevo de pascua si miras su forma y estética, puesto que recuerda a la forma de su motor rotativo.

La consola central marcada por un diseño circular. El climatizador monozona y la radio tienen un manejo sencillo, pero requiere de cierto tiempo para adaptarse a la ubicación de los botones. Sólo la versión de 231 caballos tiene de serie el navegador dirigido por un mando en forma de ruleta justo detrás de la palanca de cambios. Su pantalla, situada en la parte alta del salpicadero es retráctil, algo que hace que pueda ocultarse en un momento dado y pasar desapercibido si no se le va a dar uso.

El espacio es sobradamente cómodo para piloto y copiloto y algo más justa en las plazas traseras, aunque siendo un deportivo tiene un 2+2 real y con un detalle importante: accesible para poner sillita de bebé, puesto que la plaza trasera no es en forma de «plato hondo». Así que, interesante opción para padres de familia que no quieran dejar al bebé en casa.

Mazda RX-8: Comportamiento

El chasis del Mazda RX-8 tiene un reparto del peso perfecto, del 50% del peso en el eje delantero y 50% en el eje trasero. Eso permite que sus reacciones sean muy neutras y realizar pasos por curva con una gran precisión y rapidez, a la altura de los coupés más prestigiosos de su época como el Porsche Cayman o Audi TT.

Al igual que en modelos como el Mazda MX-5, el motor está en posición central-trasera para mejorar el reparto de pesos. El resultado se percibe en la carretera, donde el Mazda RX-8 se comporta como lo que es, un deportivo. Cumple lo que se espera de él, ya que va muy pegado al asfalto, sus reacciones son previsibles, pese a que es fácil hacerlo derrapar de atrás si estás con la aguja del cuentavueltas arriba (y el DSC desconectado) y aceleras a fondo en mitad de una curva. Algo que alguno de sus competidores ha sabido neutralizar, ya sea en el caso del Porsche con la posición central trasera de su motor y en el caso del Audi TT de 225 caballos con la tracción Quattro.

En cuanto a la suspensión, no es tan dura como la de su rival el Nissan 350Z, pero es firmes y transmite deportividad. En marcha, el Mazda RX-8 se caracteriza por ser ágil y dinámico, pero a la vez te permite un uso frecuente puesto que en autovías es muy cómodo. No sientes sequedad en las suspensiones y se adapta a la perfección a firmes bacheados. En lo que a frenos respecta, tienen buen tacto y frenan correctamente. En nuestra prueba en circuito notaron fácilmente fatiga, pero no fue así en prueba de puerto de montaña con carretera sinuosas.

Si tuviera que definir su comportamiento, diría que el motor tiene un rugido muy característico y agradable siempre que apures las marchas y no lo dejes caer por debajo de las 4.500 vueltas. Por debajo de este marcador, será perezoso y con pocos bajos, convirtiéndose en aburrido.

Mazda RX-8 rojo traseraMazda RX-8: Averías y consejos

Sin duda, existe un consejo prácticamente obligatorio que dar porque si no, desembocará en una avería. Debido a su motor rotativo de origen Wankel el consumo de aceite es algo elevado y eso te obliga a medirlo con cierta frecuencia.

Se entiende que al principio de la vida del coche tenga sentido controlar el nivel de aceite cada vez que se rellene el depósito, tal y como indica la marca, pero una vez que se sabe cuál es el consumo normal, lo ideal es hacerlo en intervalos de unos 500 km.

¿Dónde está el problema? Que este coche consume mucho aceite, no tiene indicador que lo mida y para colmo, la varilla del aceite está muy poco accesible.

Mazda RX-8: Rivales de segunda mano

El japonés tiene varios rivales muy dispares también entre ellos como el Porsche Cayman 2.7 de 245 CV, el Audi TT 1.8 T de 225 CV€ Personalmente y sobre gustos no hay nada escrito, por comportamiento, prestaciones y sensaciones el Nissan 350Z es un coche muy agradecido, tanto en frenadas, como suspensiones. Quizá no el más rápido, pero sí muy interesante en su valoración frente al RX-8.

Mazda RX-8: Lo bueno y lo malo

Existen numerosas unidades, tanto de la versión 192 CV como de la unidad probada de 231 CV, con precios recomendados desde Autofácil entre 4.800 euros y 8.500 euros. Lo mejor es que te decidas por una unidad bien cuidada y mantenida€ y guardes algo de presupuesto para hacerle pequeños ajustes.

Precio muy ajustado en mercado de ocasión:

Lo bueno

– Nervio en el eje trasero
– Estiramiento del cuenta revoluciones y del motor
– Equipamiento interior y exterior
– Exclusividad
– Plazas trasera reales

Lo malo

– Maletero pequeño
– Consumo de aceite
– Motor singular y de mecánica especializada
– Mejora en el ajuste del volante para un perfecto puesto de conducción
– Falta de bajos en el rendimiento del motor