Últimamente hemos recibido, por parte de nuestros lectores, más consultas de las habituales en torno a la elección del GLP como combustible. Hasta hace bien poco, muchos conductores compraban vehículos impulsados por este combustible. Ya no sólo taxistas, sino también particulares. Sin embargo, en los últimos años ha ido perdiendo peso en el mercado. Los taxistas y conductores de VTC ya prefieren los híbridos, como el Toyota Corolla o el Hyundai Ioniq. Algo que también se está haciendo extensivo a los conductores particulares.
Incluso hubo un tiempo en el que se popularizó en cierta medida la adaptación a GLP de vehículos ya usados, sobre todo en los casos de conductores que poseían coches de gasolina de alto consumo. Esta transformación tiene un coste aproximado de unos 2.000 euros y puede compensar a la larga si recorres más de 30.000 km anuales y piensas quedarte el coche durante varios años más.
Además no son sólo los conductores los que cada vez se decantan menos por el Gas Licuado de Petróleo, sino también las marcas apuestan menos. A día de hoy, sólo Dacia abraza este nicho de mercado con convicción. Hasta hace poco Renault también ofrecía versiones del Clio y Captur impulsadas por GLP, como por ejemplo también Citroën con su C3, mientras que otras marcas ofrecen la instalación de un kit universal de GLP en el momento de la compra, como SsangYong, Subaru, o algunas chinas como BAIC y DFSK.
Aquí puedes conocer en detalle, e incluso en vídeo, todo lo que debes saber sobre el GLP, combustible que, por cierto, se suministra en más de 800 estaciones de servicio en España, por lo que no hay mucho problema para repostarlo. En cualquier caso, intentemos sintetizar cuáles son los pros y los contras de comprarse un coche de GLP.

Las ventajas del GLP
- Etiqueta ECO: Todos los coches de GLP, ya sean con el kit instalado de fábrica o a posteriori, disfrutan de la etiqueta ECO de la DGT y de todas las ventajas que ello conlleva.
- Ahorro: El GLP es el combustible que mejor ha resistido la crisis energética en lo relativo a su precio. Algo ha subido, pero se mantiene en torno a 1,04 euros el litro. Aunque el uso de GLP aumenta el consumo de combustible en torno a un 20% de media respecto al uso de gasolina, el coste por kilómetro sale más económico.
- Autonomía: Los coches de GLP también pueden funcionar con gasolina, por lo que tienen dos depósitos. Eso repercute en un significativo aumento de la autonomía, que puede incrementarse hasta en un 50% cuando los dos depósitos están llenos, algo que puede venir bien a la hora de viajar.
- Más ecológico: El GLP produce un 15% menos de emisiones de CO2 que la gasolina y un 80% menos de óxidos de nitrógeno que el diésel.

Las desventajas del GLP
- Precio de compra: En principio, la adquisición de un coche de GLP requiere una inversión levemente mayor que la de la alternativa de gasolina. Aunque hay excepciones puntuales, como el Dacia Jogger.
- Menos potencia: El uso de GLP merma un poco la potencia del motor, reduciéndola entre un 5% y un 10%.
- Cada vez menos oferta: Como decíamos al principio, pocas son las marcas que se animan a contar con versiones de GLP en sus gamas, y cada vez menos.
- Sin rueda de repuesto: Ya no hay muchos coches nuevos que incluyan rueda de repuesto, aunque muchos sí la ofrecen como accesorio opcional. En un coche de GLP eso no es posible, puesto que el tanque de GLP suele ir ubicado bajo el piso del maletero.

Si tomamos como ejemplo el nuevo Dacia Jogger, modelo que se ofrece tanto en versión de gasolina como GLP a igualdad de precio, ¿en qué apartados es mejor uno que otro? En ambos casos el motor es el mismo, un 1.0 turbo de tres cilindros asociado a una transmisión manual de seis velocidades. Sin embargo, la potencia no es la misma, que se cifra en 110 CV en el Jogger de gasolina y se reduce a 100 CV en el Jogger de GLP. Eso supone un déficit prestacional en contra del Jogger de GLP, que por ejemplo precisa de 12,3 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, cuando el de gasolina alcanza esa meta en 10,5 segundos.
A favor del Jogger de GLP juega el menor coste por kilómetro. Mientras que el Jogger de gasolina tiene un consumo real de en torno a 6,5 L/100 km, el consumo del Jogger de GLP asciende a unos 8,5 L/100 km. Sin embargo, en el primero de los casos recorrer 100 km supone un gasto de 10,46 euros, mientras que en el segundo se reduce a 7,14 euros, en ambos casos descontando ya los 20 céntimos de ayuda estatal. Aparte está el asunto de la autonomía: a los 50 litros de gasolina, en el Jogger de GLP se suman otros 22,5 litros de gas licuado, aumentando la autonomía real en unos 265 km extra respecto al Jogger de gasolina.
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