El Rallye de Montecarlo es el encargado de abrir cada año el Campeonato del Mundo de Rallyes (WRC). Se disputa sobre carreteras muy estrechas y rápidas de asfalto, pero la presencia de hielo y nieve suele marcar las diferencias.
En esta ocasión, no ha habido nieve, aunque sí algunas placas de hielo que han complicado las cosas a algunos de los pilotos. Entre los favoritos a la victoria y al título, estaban los tres equipos del año pasado: Toyota, Hyundai y Ford.

A destacar la ausencia del actual campeón Kalle Rovanperä, que se va a tomar un año sabático y tan sólo participará en algunas pruebas. Así, en toyota contaban con Sebastien Ogier, favorito aquí para la victoria, Elfyn Evans, que debe ser quien luche por el título, y el tercer coche de Takamoto Katsuta, que sigue en el equipo oficial aunque ya todo el mundo sabe que su labor es la de simplemente ser tercer piloto del equipo.
En Hyundai, la llegada de Ott Tanak de nuevo al equipo tras su paso por Ford hace que los coreanos sean favoritos al título, pues además de Tanak siguen contando con Thierry Neuville. El tercer coche variará en función del rally entre Dani Sordo, Essapeka Lappi y Andreas Mikkelsen, que era en el cargado de llevar el tercer i20 en Montecarlo.

Por su parte, en Ford la falta de presupuesto ha hecho que los del equipo M Sport de Malcolm Wilson hayan recorrido a un recuperado Adrien Fourmaux y al joven Gregoire Munster para pilotar el Ford Puma Rally1. De momento, el papel tanto del equipo como de los pilotos será el de tratar de brillar en algina prueba. No hay presupuesto para mucho más…
En cuanto al rally en sí, pronto se vio que la cosa iba a estar entre el Hyundai de Neuville y los Toyota de Evans y Ogier. De los demás, Tanak se salía en el tercer tramo en un aplaca de hielo y, aunque no perdía mucho, sí era lo suficiente como para mantenerse cuarto el resto del rally a esperar acontecimientos.

Algo parecido ocurría con Katsula, que aparcaba su Toyota en la misma curva que Tanak pero se dejaba allí cinco minutos, lo que le llevaba a tratar de remontar a lo largo del rally. Mikkelsen, con el tercer Hyundai, parecía revivir las dos malas temporadas que ya vivió hace unos años precisamente con el equipo coreano, y no marcaba ni un tiempo relevante.
A cuanto a los Ford, sus tiempos eran mejores de lo esperado, y ambos pilotos se colocaban a una distancia no demasiado escandalosa de los Hyundai y Toyota.
Arriba, Evans era quien tomaba las riendas hasta que, en los últimos tramos del sábado, comenzaba a perder tiempo y dejaba el rally en un mano entre Neuville y Ogier. Finalmente, Neuville se colocaba líder en el último tramo del sábado, y remataba la faena el domingo, llevándose la victoria con su Hyundai por delante de los dos Toyota de Ogier y Evans.
Por detrás, Tanak se limitaba a llevar su Hyundai a la cuarta plaza por delante del Ford de Fourmaux, quinto, quien a su vez precedía al perdido Mikkelsen y a Katsuta, que conseguía remontar hasta el séptimo puesto final.
