Este fin de semana, en la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de marzo, tendremos que adelantar una hora todos los relojes. Los primeros días, el nuevo horario afecta a los ciclos de sueño del organismo, y los conductores lo notarán especialmente.
El sueño está regulado por los ritmos circadianos, es decir, dos estados que se suceden en intervalos regulares de tiempo: El estado de sueño y el estado de vigilia. Un ciclo completo con ambos estados dura entre 20 y 28 horas, y es por esto que cada persona resiste con distinto éxito el cansancio cuando conduce por la noche.
«Cuando se cambia la hora hay una ligera alteración de estos ritmos. Algunas personas pueden tener dificultades para dormirse y mucho sueño al despertar», explica Antonio Beteró, Director de la Unidad de Sueño del Hospital Nisa 9 de Octubre.
El cambio de hora es especialmente delicado para los que padecen migrañas o jaquecas, ya que las molestias aumentarán si su cuerpo no ha descansado lo suficiente. También supone un mayor riesgo para aquellos que acostumbran a llevar una conducta diurna, frente a los que sus horarios y estilo de vida les mueve a seguir una conducta vespertina.
Por eso, si tienes que conducir con frecuencia, es importante reajustar tus horarios de sueño y comidas. Lo que no se recomienda es recurrir a la cafeína para mantenerte despierto. Para que los conductores profesionales se adapten más rápidamente, se recomienda que el domingo por la mañana practiquen ejercicio con intensidad, ya que les ayudará a acelerar su adaptación.
Ojo también a los viajes con niños, mascotas y mayores. Los más pequeños serán los que más sufran el adelanto horario: «-Los lactantes pueden presentar alteraciones en su alimentación, mientras que los niños mayores pueden tener dificultades para dormir y al despertarse». Las mascotas suelen ver alterado su comportamiento por el cambio de ritmo. Y no hay que olvidar que el otro grupo más afectado por el cambio de hora es el de los mayores de 50 años.
Al circular con ancianos en el coche, siempre conviene llevar a mano una botella de agua, las recetas y los medicamentos que necesiten por si hay alguna urgencia, evitar comidas copiosas y parar más veces a que descansen, ya que se marean con más facilidad. Siempre que sea posible, si llevas a personas de la tercera edad procura viajar por autovías y autopistas, y por el trayecto más corto.
No obstante, todos los médicos coinciden en que a un individuo sano no tiene por qué afectarle el cambio horario, y que incluso a aquellos más vulnerables por las razones expuestas los problemas se les pasarán al cabo de dos días.
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