Previa del Dakar 2018: pilotos, equipos, recorrido…

Cada vez más alejada de su idea original, la cuadragésima edición de la prueba tendrá un impresionante plantel de vehículos oficiales y, como de costumbre, promete volver a ser la más dura de cuantas se han celebrado, con la arena como principal protagonista.


Tras lo vivido en las últimas ediciones, Peugeot tiene a priori muchas probabilidades de ser el dominador de la carrera con sus buggies de tracción trasera. Nada menos que cuatro unidades con parejas deportivas muy competitivas parecen imparables frente al desgaste, los incidentes o los problemas en general. Los defensores del título, Stéphane Peterhansel y Jean Paul Cottret, aportan además la mayor cantidad de victorias en la carrera y mucho oficio en el día a día. Por su parte, Sébastien Loeb y Daniel Elena deberían concluir su fase de adaptación a la disciplina si realmente quieren ser el mejor coche de la marca del león en la meta. Cyril Despres y David Casterá jugarán la baza de la regularidad, aunque por experiencia, prestaciones y mérito deportivo, Carlos Sainz y Lucas Cruz merecen repetir victoria en la carrera, aunque sean el único equipo no francés de la escuadra Peugeot.

Frente a ellos, el equipo X-Raid presenta hasta siete unidades dentro de su estructura. Por un lado encontramos los Mini 4×4, los cuales, en manos de las parejas Terranova-Graue, Przygonski-Colsoul, Garafulic-Palmeiro y nuestros Roma-Haro deben presentar más batalla que la que plantearon el año pasado, para lo cual han sido convenientemente evolucionados. Por otro lado, la escuadra alemana ha acabado de desarrollar tres prototipos de dos ruedas motrices que, pese a que han sido muy probados y deberían resultar extremadamente rápidos, no han llevado a cabo ninguna carrera, lo que no debería impedirles incomodar en lo posible a los Peugeot. Hirvonen-Schulz, Menzies-Mortensen y Al Rajhi-Gottschalk serán las tres parejas que los ocupen.

Contra los anteriores y contra todos estará la punta de lanza de Toyota, el Hilux de Nasser Al Attiyah y Matthieu Baumel, sin duda la pareja más en forma, deportivamente hablando. Han estado corriendo la Copa del Mundo hasta que la han ganado, contando sus participaciones por victorias, y, si no se pasan forzando, son, a nuestro juicio, los favoritos a la victoria. El equipo japonés con base en Sudáfrica contará con dos Hilux más, para De Villiers-Von Zitzewitz y Ten Brinke-Perin.

Salvo cataclismo y de los gordos, el ganador tiene que salir de los equipos anteriormente mencionados, pero hay más deportistas que tienen opciones, al menos, a destacar. Entre ellos están los Toyota de Pelichet, Chabot y los locales Álvarez y Yacopini, sin olvidar el Renault del siempre rápido Carlos Sousa.

La categoría de coches de serie T-2 tiene claros favoritos en los tres Toyota con apoyo de fábrica de Lavielle, Pelichet y Miura. Su mayor rival será, como siempre, el Dakar Legend Xavi Foj, acostumbrado a sacar petróleo de unos medios muy limitados.

En cuanto a los camiones, se reduce el número de inscritos, con tres favoritos al frente de equipos apoyados por las marcas. Nikolaev (Kamaz), Villagra (Iveco) y Loprais (Tatra) se presentan como los más capacitados para hacerse con el triunfo. Tendrán, en algunas jornadas, recorrido específico, y serán, como de costumbre, los más espectaculares de la caravana. Se echará en falta a una de las estrellas de la categoría, Gerard de Rooy, que este año ha preferido probar suerte en la Africa Eco Race, la carrera alternativa al Dakar americano, que, como cada año, cruzará Marruecos, Mauritania y parte de Senegal para acabar en las playas de Dakar, sin el bombo mediático de la prueba sudamericana pero con el aliciente de acabar en el mítico Lago Rosa.

Los españoles, protagonistas

Ni que decir tiene que las esperanzas deportivas de los nuestros son claras y reales en algunos casos, empezando por los favoritos a la victoria absoluta final, ya que dentro de estructuras de carácter oficial, el Peugeot de Carlos Sainz y Lucas Cruz y el Mini de Joan Roma y Álex Haro salen a ganar sin excusas. En el primer caso cuentan con material de primera, pero deben vencer en primer lugar al enemigo que tiene en casa, ya que Sébastien Loeb tratará de imponer desde el principio un ritmo de carrera al esprint, que solo los grandes ases del Mundial de rallies como Sainz, Hirvonen y Al-Attiyah son capaces de seguir, aunque a costa de asumir grandes riesgos.

Dicho esto, el trazado de este año es, a priori, beneficioso para los buggies de propulsión trasera. En el caso de Roma, su vuelta a X-Raid se tiene que corresponder por parte del equipo alemán con un reconocimiento a los valores deportivos y el palmarés del español, que debería ser tratado como el «primer» Mini, incluso por encima del local y siempre rápido Orlando Terranova. En palabras del propio Nani, el coche ha mejorado respecto al año pasado en todo, y están convencidos en el equipo de que van a poder rodar de tú a tú con toda la competencia. Isidre Esteve, felizmente para todos, está en perfectas condiciones para seguir en competición. Esta vez estará en la salida con su fiel Chema Villalobos en el asiento de la derecha a bordo del prototipo de Sodicars con el que participó en la Baja Aragón. Su planteamiento para conseguir un buen resultado deportivo pasa por estar en un equipo completo, con camiones de asistencia en pista y un vehículo capaz de permitirle estar a espaldas de los equipos oficiales.

No menos ambicioso es el programa llevado a cabo por los hombres de SsangYong. Sus buenos resultados en el Nacional de Rallies Todoterreno y la victoria en la Dakar Challenge de la Baja Aragón han propiciado la vuelta de la marca de forma oficial a la carrera. Óscar Fuertes y Diego Vallejo estrenan prototipo de dos ruedas motrices -el SsangYong Tivoli DKR-, y su objetivo es acabar siendo los mejores debutantes, algo difícil pero no imposible. Con un vehículo muy rápido y dotado de suspensiones de largo recorrido, Óscar deberá encontrar el difícil compromiso entre explotar a tope las capacidades de su máquina y mantener un ritmo lo suficientemente conservador para evitar los incidentes que le puedan dejar fuera de la carrera. Si lo logra, los buenos resultados están casi garantizados, con el añadido de la cobertura mediática que presumiblemente tendrá el proyecto de SsangYong por el mero hecho de surgir de la victoria en la Dakar Challenge.

Con máquinas de serie

Acercándose a la treintena de participaciones, en la categoría de coches de serie estará de nuevo en la salida el incombustible, indestructible e inasequible al desaliento Xavi Foj, que tendrá en el asiento de la derecha, como en las últimas temporadas, a Nacho Santamaría. Su pelea de David contra Goliat vivirá un capitulo más, enfrentándose con su veterano Toyota Land Cruiser a la armada de flamantes Toyota con el apoyo de la fabrica desde Japón.

Cristina Gutiérrez repite, esta vez con Gabi Moiset de copiloto, con un Mitsubishi Montero mejorado por su equipo DKR respecto al que usó el año pasado, y contando con el apoyo de la filial de la marca en nuestro país. Según sus propias palabras, acabar ya no será suficiente, y espera destacar en su categoría y estar lo más alto posible en la tabla.

Por último, el mediático Jesús Calleja, del que hay que agradecer que haya hecho de la disciplina una de sus actividades predilectas, intentará sacarse la espina de no haber podido acabar la carrera la primera vez que lo intentó. En su prototipo dentro de la estructura de Jatón estará acompañado una vez más por Jaume Aregall, que deberá aportar toda su experiencia para ayudar al piloto leonés. No queremos cerrar este capítulo sin lamentar la ausencia, por una reciente caída mientras entrenaba en bicicleta, de Joan Font, quien tenía todo para estar en la salida con un Toyota Land Cruiser de la categoría de coches de serie.

Buggies y camiones

En el apartado de buggies ligeros o ATVs, José Nicolás, con el propio Ariel Jatón de navegante, estará en la salida a bordo de un Yamaha, con opciones de estar muy arriba, mismo caso que el de José Luis Peña y Rafael Tornabell, en este caso con un Polaris de Extrem Plus. Aquí también ha habido bajas de última hora, ya que Santiago Navarro y Pedro López se han visto obligados a desistir por un problema personal del piloto, que, no obstante, ha confirmado su participación en la Copa del Mundo 2018 al completo.

Por último, la categoría de camiones, que años atrás tenía a muchos de los nuestros compitiendo, tendrá en esta ocasión una representación mínima pero muy competitiva. Ferrán Marco vuelve a ser elegido por uno de los aspirantes a la victoria final, Alex Loprais, como navegante a bordo de un Tatra oficial. Jordi Juvanteny, José Luis Criado y Paco Tamayo estarán una año más peleando por la categoría 6×6, con el hándicap de ser asistencia rápida de algunos equipos, circunstancia que les puede retrasar.

Pep Sabaté estará con Rafael Tibau hijo en un Mercedes del que el propio Rafael Tibau se ha tenido que bajar al tener un accidente entrenando semanas antes de la carrera. Alberto Herreros y Jordi Celma, dentro de la misma estructura, también estarán en la salida. Otra baja ha sido la de Albert Llovera, quien, con una lesión en un dedo, no ha podido repetir en la carrera americana.

A la búsqueda de la arena

Conocidos ya someramente los participantes, es hora de hablar de la carrera en sí. Argentina y Bolivia dejaban el trazado prácticamente en una sucesión de pistas rápidas y poco campo abierto, por no hablar de la prácticamente nula presencia de dunas y terreno arenoso. El regreso de Perú a la carrera ha permitido a la A.S.O. ofrecer más de media docena de jornadas íntegramente en arena, en su mayoría al principio, lo que hace suponer que habrá una rápida selección natural de los más capaces, y podría dinamitar la dinámica del endiablado ritmo «mundialista» de los pilotos de cabeza vivida durante los últimos años.

Ahora bien, para evitar que las trampas de arena dejen fuera a demasiados participantes, se han establecido unas jornadas «comodín», en las cuales los equipos podrán rehusar hacer la especial del día asumiendo una penalización reglamentaria de 100 horas, que les apartaría de luchar por posiciones altas en la tabla final pero les permitiría continuar en carrera. No habrá que olvidar la más que posible presencia del fenómeno meteorológico de el Niño, circunstancia que ha sido una pesadilla para organización y equipos en las últimas ediciones celebradas, y que podría convertir de nuevo en principal protagonista al agua y al barro, algo que las mecánicas llevan bastante mal.

Así, se arranca en Lima, con arena desde el primer momento, y se abordan los cinco primeros días de carrera, con dos bucles el segundo y el cuarto día. Serán etapas cortas, pero las dunas no son del agrado de todos. Se incluyen dos factores interesantes: habrá días en los que los primeros en salir serán los coches y no las motos, lo que impedirá seguir trazadas a los que abran pista, y el cuarto día se dará la salida en una playa con los coches de cuatro en cuatro, como se hacía antaño en algunas ocasiones en África, algo que generará interesantes situaciones de carrera y dará espectaculares imágenes a las televisiones. Se acabará esta primera parte de la competición ganado altura, alejándose la caravana definitivamente del Océano Atlántico, para llegar a La Paz, donde al día siguiente tendrá lugar la jornada de descanso.

La segunda parte de la carrera cuenta con etapas de más kilometraje y especiales de mayor longitud, incluyendo de entrada una etapa maratón, de la que se perfilarán los favoritos definitivos a la victoria, que deberán pasar una última criba: la segunda de las etapas maratón, con las ya conocidas dunas de Fiambalá a tan solo dos jornadas de meta. La organización ha preparado dos semanas de carrera en las que no quieren el más mínimo relajo por parte de los deportistas, y en las que no debería haber un favorito claro hasta bien avanzada la prueba, lo que permitirá mantener el interés por la competición. En total, se trata de 8.792 kilómetros, de los que 4.329 serán contra el crono si es que no hay anulaciones o recortes, con siete etapas de dunas, que es donde se decidirá la carrera.

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