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Competidores: Audi Q5, BMW X3, Mercedes GLK, Range Rover Evoque, Infiniti EX.
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Versiones esperadas del Macan –a partir de 2015–: Gasolina 4 cil. turbo y unos 230 CV. Además, variantes GTS, Hybrid y Turbo S.
LA GAMA DEL MACAN
Versión | Motor | Potencia | Consumo medio l/100 km |
Aceleración 0-100 km/h |
Precio |
Macan S Diesel | 3.0 turbodiesel | 258 CV | 6,1 | 6,3 seg | Desde 63.153 euros |
Macan S | 3.0 V6 biturbo | 340 CV | 8,7 | 5,4 seg. | Desde 68.175 euros |
Macan Turbo | 3.6 V6 biturbo | 400 CV | 8,9 | 4,8 seg. | Desde 93.102 euros |
De fuera a adentro
Al natural, el Macan recuerda claramente al Cayenne –al menos al aproximarnos por la parte delantera–. Con una longitud de 4,68 m, es 16 cm más corto que su ´hermano mayor´, lo que confiere unas proporciones más adecuadas para un uso diario. Los faros elevados, la gran parrilla delantera, la línea descendente en el tres cuartos trasero y los faros bajos en la zona posterior, le aportan una línea contundente así como deportiva. Lo rotundo de la parte delantera lo compensa una trasera más ´descargada´ y estilizada –los faros traseros son los que le aportan una personalidad propia–, por lo que el matiz deportivo está más conseguido que en el Cayenne.
Por dentro, nuevos detalles como el volante inspirado en el que utiliza el 918 Spyder le confieren un aspecto moderno. Los materiales empleados son de alta calidad, y la sensación de solidez transmitida al usuario resulta agradable. La consola central elevada, con una gran cantidad de botones –´moda´ iniciada por el Panamera; otros fabricantes, como Audi o BMW, prefieren aglutinar las diferentes funciones en un mando central–, queda muy a mano del conductor. Los ajustes de todas las piezas que componen el salpicadero son buenos, dado que no se escucha ningún tipo de crujido, incluso circulando por terrenos con superficie en mal estado. Las plazas traseras ofrecen un espacio suficiente para las piernas y, por altura, sólo rozarán con el techo aquellos que sobrepasen el 1,80 m de altura –si se prescinde del techo solar que llevaba nuestra unidad de pruebas, esta medición mejora en 5 cm–. Con un maletero de 500 litros de formas muy regulares, el aspecto práctico está cubierto –a pesar de que un Audi Q5 disponga de 540 litros y, el BMW X3, de 550–. La postura de conducción no es la típica del resto de todo camino. De hecho, vas sentado más abajo y con las piernas más estiradas –aspecto en el que se asemeja a un coupé–. Eso sí, el acceso a las plazas delanteras es sumamente cómodo. Los asientos de todas las unidades que hemos probado tenían regulaciones eléctricas. Me han parecido muy buenos por sujeción y comodidad. La cantidad de huecos para depositar objetos resulta escasa; apenas las guanteras de las puertas, la principal y un pequeño compartimento del tamaño de un zippo en la consola que separa los asientos.
A prueba
Todos las versiones del Macan viene asociadas, de serie, a un cambio automático de doble embrague y siete velocidades –PDK– que transmite la fuerza al suelo mediante un sistema de tracción total –similar al que emplea el 911, y no el Audi Q5; el reparto de fuerza entre ejes se hace a través de un embrague multidisco, y no de un diferencial–. Además, las unidades de la presentación, celebrada en Leipzig –Alemania–, montaban el denominado PTV Plus, un diferencial trasero activo que frena la rueda interior trasera en una curva y permite pasar la fuerza a la externa, con el objeto de mejorar la adherencia y agilidad de reacciones.
Después de probarlo en carretera abierta y circuito, podemos afirmar que el Macan es uno de los todo camino compactos con mejor comportamiento –si no el mejor, a falta de probarlo a fondo en España–. Sin llegar a resultar incómodo, las reacciones pueden considerarse deportivas, realizando unos cambios de apoyo sorprendentemente rápidos que consiguen disimular un peso que se acerca a las 2 toneladas. Estas impresiones de conducción tan positivas tienen mérito teniendo en cuenta que las unidades que probamos llevaban neumáticos de invierno. Además, el control de los movimientos de la carrocería es notable, aunque si bien los que probamos montaban la suspensión PASM –amortiguadores de dureza variable–, opción recomendable desde 1.268 euros –de serie en la versión Turbo–. Por debajo, encontramos un conjunto muelle/amortiguador ´tradicional´ –versiones S– y, por encima, una suspensión neumática –desde 2.890 euros; la más adecuada si vas a circular por campo–.
El tacto de la dirección es muy bueno, transmitiendo una información sobre la adherencia disponible más que suficiente y muy de agradecer en coches más altos de lo normal. Los frenos tienen un tacto de pedal excelente y una potencia de sobra –tan sólo notamos síntomas de agotamiento, tras un uso intensivo en circuito, en un Macan S con frenos normales; las unidades que empleamos en el trazado que llevaban cerámicos, no mostraron problema alguno–. En el apartado mecánico, pudimos probar las tres versiones, aunque hicimos más kilómetros con el Macan S Diesel y el Turbo. En el primer caso, los 258 CV cunden más que de sobra, y podemos apostar que pocos clientes echarán de menos más fuerza. La capacidad de aceleración y recuperación resulta notable, y es capaz de moverse con soltura por encima de los 200 km/h –rodamos por autopistas alemanas sin límite de velocidad–. El ruido que llega al habitáculo está bien filtrado por lo que, acústicamente, apenas se percibe el típico sonido diesel. El consumo durante la prueba, con tramos de alta velocidad y carreteras secundarias, se quedó en 9,5 l/100 km; por lo que, en un uso normal, no resultaría complicado moverse en 8,5 l/100 km, cifra muy buena teniendo en cuenta el peso, altura de la carrocería y prestaciones disponibles. La transmisión PDK, como nos tiene acostumbrados, ofrece un rendimiento bueno, con un perfecto equilibrio entre rapidez y suavidad.
En lo que se refiere al Turbo, acelera bastante más rápido, con un sonido de escape más deportivo. Tuve la oportunidad de realizar pruebas comparativas con un modelo diesel y, en apenas unos metros, esta versión se puso por delante con suma facilidad. No obstante, si se opta por una versión gasolina, consideramos que el S 3.0 V6 biturbo de 340 CV es más que suficiente. En uso ordinario, la diferencia de prestaciones frente al Turbo difícilmente saldrán a relucir, y las sensaciones deportivas permanecen inalteradas. Además, es 25.000 euros más ´barato´.
Con una previsión de producir 50.000 unidades al año, tiene pinta de que el Macan va a reportar grandes beneficios a la compañía.