El segmento de los urbanos ha sufrido una gran transformación en el último año, con el desembarco de modelos como el Renault Clio, el Peugeot 2008, el Toyota Yaris… Todos ellos automóviles muy completos, equilibrados y, en cierto modo, con características que hace unos años eran más propias de un compacto que de urbano.
Y ahora es Citroën la que mueve ficha con el restyling de la tercera generación del Citroën C3. Un utilitario de 3,99 metros de largo, 1,75 metros de ancho y 1,47 metros, aparecido en 2016, y que se ha convertido en uno de los pilares económicos de la marca, tras conseguir comercializar 750.000 unidades desde su aparición.
Por fuera: cambios sutiles pero evidentes
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Desde luego, si hay algo que no se puede negar del Citroën C3 es que se trata de un automóvil original y desenfadado; un aspecto que la marca ha querido potenciar tras su rediseño. Pero para ello, lejos de cambios revolucionarios, en la firma francesa han preferido aplicar pequeñas pinceladas de diseño.
De un primer vistazo, el cambio más evidente se encuentra en el frontal, que adapta la estética de los últimos Citroën e incorpora unas luces que, por primera vez, pueden incorporar tecnología LED.
También se han estilizado los Airbumps (los plásticos de las puertas pensados para proteger la pintura de pequeños golpes), se han introducido las nuevas llantas de aleación Hellix de 16 pulgadas y Vector de 17 y, sobre todo, se han incrementado las posibilidades de personalización. Para ello, en Citroën han aumentado las posibles combinaciones de color entre techo y carrocería de 36 a 97. De hecho, hay siete colores para la carrocería, cuatro para el techo y cuatro packs de color exteriores.
En este sentido son nuevos los colores Azul Spring (en las fotos) y Rojo Elixir; así como el tono azul esmeralda para el techo. Además, hablando del techo, este último se puede decorar con tres nuevos adhesivos. En definitiva, puede decirse que si te decantas por él, difícilmente te encontrarás con un C3 igual que el tuyo.
Un interior sencillo, tecnológico y enfocado a la comodidad
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El interior es muy similar al visto hasta ahora y eso significa que el Citroën C3 es un modelo pensado para ponérselo fácil a su conductor.
La nueva pantalla táctil de 7 pulgadas situada en la consola central no resulta demasiado compleja (aunque unos botones para la radio y el aire acondicionado no estarían de más), la postura de conducción es algo elevada, la visibilidad es excelente en todas direcciones…
Por otro lado, también son nuevos los asientos Advanced Comfort, que incorporan 15 milímetros extra de mullido frente a su antecesor (realmente son muy cómodos), además de una forma algo más marcada, que mejora la sujeción en zonas con curvas.
¿Significa eso que es perfecto? Para los que busquen un modelo cómodo de utilizar en el día a día, desde luego que sí. No obstante, hay que destacar que rivales como en el Skoda Fabia o el Ford Fiesta se viaja algo más holgado detrás. Y es que, las personas de más de 1,80 metros ya rozarán con la cabeza en el techo.
En cuanto al maletero, cubica 300 litros de capacidad, que es una cifra más que correcta para un urbano. Es bastante regular y además, puede incorporar una rueda de repuesto de tamaño normal; aunque al abatir los asientos traseros no queda una superficie de carga plana.
Por último cabe destacar que la calidad de los materiales está en la línea de la categoría (todo está rematado en plásticos duros, aunque agradables al tacto y bien ajustados). Además, permite elegir entre dos ambientes interiores de forma opcional Esmeralda (con inserciones en madera y tapizados claros) o Techwood (con detalles esmeralda y un tapizado denominado red 3D).
Un coche conectado
Tras su restyling el Citroën C3 sigue ofreciendo la posibilidad de incorporar la cámara ConnectedCam, que permite realizar fotos y vídeos pulsando un botón que hay debajo del espejo retrovisor. Además, en caso de accidente, la cámara almacena en su memoria interna los 30 segundos anteriores al accidente y los 60 posteriores. Para manejarla, es necesario descargarse una APP al móvil.
En marcha: el Citroën C3 es especialista en cuidar al ocupante
En términos dinámicos el Citroën C3 apuesta, de forma clara, por cuidar a los ocupantes. En ciudad es un modelo muy agradable por su baja sonoridad, la excelente maniobrabilidad, la suavidad de la dirección y por cómo la suspensión absorbe las irregularidades. Y también se desenvuelve razonablemente bien en autopista.
Todo ello lo convierte en uno de los urbanos más cómodos para utilizar a diario. Sin embargo, en carretera la carrocería balancea algo más que en modelos como un Seat Ibiza o un Ford Fiesta y la dirección no es excesivamente comunicativa, algo que invita a tomarse los trayectos con curvas con calma. En cualquier caso, este C3 es perfecto para conducir de forma relajada.
Un motor que saca nota
En el apartado mecánico, el Citroën C3 de esta prueba está impulsado por el conocido propulsor turbo de gasolina 1.2 PureTech, de tres cilindros, y 110 CV del Grupo PSA, al que consideramos el más recomendable de la gama. Además, hemos probado una unidad con transmisión automática EAT6, de seis velocidades.
Se trata de una de las mecánicas de tres cilindros con mejor rendimiento de su potencia. En marcha, destaca por ofrecer un buen empuje a bajas revoluciones, algo que permite a este Citroën acelerar de 0 a 100 km/h en 10,0 segundos. Además, se trata de una mecánica bastante suave y que registra un reducido consumo medio de 6,1 L/100 km, algo a lo que también ayuda un contenido peso de 1.165 kilos.
Por su parte, la caja de cambios automática mediante convertidor de par EAT6, de seis velocidades, ofrece la posibilidad de manejarla de forma secuencial desde la palanca (no hay levas) y se muestra suficientemente veloz y suave. Sin duda, por los 750 euros que extra que supone, este cambio merece la pena.
¿Y los otros propulsores?
Tras el restyling, no hay cambios en la gama de motores, lo que significa que, a diferencia de algunos rivales, este Citroën carece de versiones con la etiqueta ECO y CERO de la DGT. En gasolina, la gama está formada por un 1.2 PureTech atmosférico, con 82 CV, y una versión turboalimentada del mismo bloque con 110 CV (el de esta prueba). Este último puede elegirse con cambio manual o con la caja automática EAT6, en ambos casos con seis relaciones.
En diésel, la única alternativa es el 1.5 BlueHDI de 100 CV, que está unido a una transmisión manual de cinco velocidades. Más amplia es la oferta de acabados, que contempla cinco opciones (Live, Live Pack, Feel, Feel Pack y Shine; tanto el Live Pack como el Feel Pack son nuevos), a las que hay que sumar una edición especial denominada C-Series.
¿Qué precio tiene el Citroën C3 2020?
Lo cierto es que, una vez aplicados los descuentos oficiales, es posible adquirir este Citroën por unas tarifas que oscilan entre los 11.800 euros y los 18.900 euros de la más equipada, algo que lo convierte en uno de los coches de su tamaño más asequibles, con un equipamiento de serie razonablemente amplio.
En definitiva, el nuevo Citroën C3 2020 tal vez sea el urbano más recomendable para los conductores que valoren el confort de marcha en el día a día. Además, cuenta con una excelente relación precio equipamiento y un diseño original. Eso sí, sus plazas traseras son algo más pequeñas que las de los Renault Clio, Opel Corsa…
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