¿Cuántos pick-up ves a diario por la carretera? Normalmente, estoy seguro de que ninguno, a no ser que vivas en regiones muy concretas de nuestro país. El Isuzu D-Max es uno de los modelos de este segmento que se venden en España y el único vehículo que no es un camión que vende la firma japonesa en Europa.
El concepto es extraño en nuestra sociedad. Un habitáculo separado de una caja de carga que no tiene conexión alguna con el resto del interior. Y que a veces incluso va al descubierto. Para cargar cosas rápido y fácil está bien pero, ¿qué utilidad tiene más allá de eso?
En realidad, en términos prácticos, ninguna especial, a no ser que profesionalmente te dediques a algo cuyo desempeño te facilite una pick-up. Este Isuzu D-Max, al menos, cuenta con una tapa para la zona de carga que te permite llevar equipaje oculto. Porque no hay maletero y, de no tener esa tapa, no podrías llevar nada sin que fuese al aire.

Dicho lo cual, a fin de cuentas esto tiene muchas similitudes con un todoterreno puro. Chasis de largueros, ballestas de suspensión traseras, tracción total conectable, reductora y bloqueo de diferencial trasero.
Y un robusto motor diésel, conocido internamente como RZ4E-TC, de 1.9 litros de cilindrada, 164 CV de potencia y 360 Nm de par. Se conecta a una transmisión automática de seis velocidades y la experiencia de conducción es de todo menos refinada. Pero mola, se siente poderoso y resolutivo.
Dentro también se aprecia un poco tosco, por el poco aislamiento acústico que hay o por el tacto de algunos materiales. Sin embargo, se ve duradero. Hay unas buenas plazas traseras en esta versión Crew de cuatro puertas (hay otra, denominada Space, con dos puertas y plazas traseras más pequeñas a cambio de mayor espacio de carga).

A pesar de ser un automóvil para campo, en asfalto no pasa penuria alguna, aunque no esperes un confort ni medio cercano al de un todoterreno con suspensión trasera de amortiguadores y muelles. Aun así es aceptablemente cómodo y gasta 9,0 L/100 km de gasóleo, lo que coincide con su cifra de consumo oficial. Y no está mal teniendo en cuenta el ‘bicho’ que es.
Y en este acabado Nitro Sport se ve chulo. Aparte tiene muy buenas cotas todoterreno si decides salir del asfalto y no se siente demasiado voluminoso ni pesado a pesar de sus 5,28 metros de largo y 2.110 kg de peso en vacío.
La gama Isuzu D-Max arranca en algo menos de 50.000 euros, pero esta versión Nitro Sport llega a 60.815 euros. Seamos francos, demasiado sentido no tiene para el 95% de usos que te puedas imaginar, pero es uno de esos coches que gusta tener. Te hace sentir bien cada vez que lo conduces. Y es difícil que te cruces con otro semejante.
Y eso que hay algunos rivales potentes, como el Ford Ranger, el VW Amarok, el Toyota Hilux o el KGM Musso Sports. Sea como fuere, siempre es de agradecer que aún se comercialicen coches con cierto carácter emocional, con determinado foco puesto en el uso y disfrute del automóvil más allá de tratarlo como una mera herramienta de transporte. El Isuzu D-Max es de esos, y por eso me gusta.
Síguenos en nuestras redes X, Facebook, TikTok e Instagram, o en nuestro canal de YouTube donde te ofrecemos contenidos exclusivos. Y si te apuntas a nuestra Newsletter recibirás las noticias más destacadas del motor.