La evolución del coche familiar ha sido curiosa. Desde el Seat 600 que motorizó a las familias de nuestro país, hasta el actual SUV. Pasando entre medias por diversos segmentos en el que no puede no destacar el de los monovolúmenes.
Bien pero, ¿cuál es hoy en día el mejor coche familiar? Para, por ejemplo, una familia al uso con dos niños. Hay una realidad incontestable, y es que el monovolumen ha sido el mejor coche familiar en términos prácticos. El más modulable, el de mejor acceso al habitáculo y uno con un elevado grado de confort. Eso por no hablar de su amplitud interior, claro.
Sin embargo, sucede una cosa, y es que los SUV se los han comido. El actual cliente otorga mucho valor a la parte estética de un automóvil y, a calzón quitado, es evidente que un SUV es más bonito de mirar que un monovolumen. Al menos en términos generales, porque hay excepciones.
De eso han tomado nota los fabricantes, que han reducido la cuota de monovolúmenes enormemente. Hasta el punto de que casi no quedan en el mercado.
El Volkswagen Touran o el BMW Serie 2 Active Tourer son dos modelos que aguantan el concepto de monovolumen compacto. O el Mercedes Clase B. Pero esos modelos más económicos que en su día lo petaron, como el Seat Altea, el Citroën C4 Picasso o el Renault Scenic antes de travestirse en SUV eléctrico, han desaparecido.
Y es una pena porque cumplían una función que no está al alcance de un SUV. En un packaging menos vistoso, eso sí.
Luego está el asunto de los Station Wagon, o los vehículos de carrocería familiar. Son los que derivan de una berlina, a veces también de un compacto, y que aportan un mayor espacio de carga en una carrocería de dos volúmenes.
Estos últimos suelen ser los ideales para quien no quiera un coche alto, tanto en lo estético como en lo dinámico a la hora de conducirlo.
Entonces, ¿cuál es el mejor coche para la familia?
- Por un lado tenemos el turismo de carrocería familiar del que acabamos de hablar. No es el más espacioso en términos generales, como tampoco el más cómodo a la hora de introducir o extraer criaturas de su habitáculo. A cambio, suele ser el que mejor maletero aporta y el que mejor dinámica de conducción ofrece. Cada vez hay menos, pero aún aguantan. Un Seat León Sportstourer, un Skoda Octavia Combi o un Kia Ceed Tourer son algunos ejemplos.
- Lo que está más de moda es el SUV. Su mayor valor reside en que estéticamente gusta y, puestos a gastar dinero, suele agradar más hacerlo por algo que te atraiga visualmente. Los hay pequeños, medianos, grandes. Y francamente tan innumerables que sería injusto citar sólo algunos. Bueno, diré por ejemplo los dos últimos SUV que he probado: el Cupra Terramar y el Nissan Qashqai. Pero los hay a puñados.
- Otra opción como coche familiar es la del tradicional monovolumen, modelos como de los que antes hablábamos. Y esta es para mí la segunda mejor si nos ceñimos únicamente a sus cualidades prácticas como automóvil para la familia. Ofrece el habitáculo mejor aprovechado, un maletero más que decente y mucha comodidad de acceso al habitáculo. Claro, que están de capa caída. Pero si no te importa ir a contracorriente, no tengas duda, son una opción idónea.

- El bonus track es el tradicionalmente llamado ‘derivado de comercial’. Esto son, hablando en claro, las clásicas furgonetas en sus versiones de pasajeros. Lo que sucede es que los modelos actuales han alcanzado un nivel de refinamiento tal que casi suplen a los monovolúmenes en términos de calidades o confort de marcha. Eso, con el añadido de que son aún más prácticos, aún más espaciosos y aún con más maletero. Ah, y en muchos casos, más económicos. Esta clase de vehículo es, para mí, el mejor coche para la familia. Créeme, un Volkswagen Caddy, un Ford Tourneo Connect (y hasta el más pequeño Courier) o un Citroën Berlingo son vehículos que, como coche familiar, cumplen de forma sobresaliente.
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