En este vídeo realizamos una primera toma de contacto con la nueva generación del Renault Scenic. En esta ocasión, el Scenic ha evolucionado para convertirse en un SUV del segmento C (o algo estéticamente muy parecido) con propulsión 100% eléctrica. Está disponible con dos tamaños de batería (60 y 87 kWh de capacidad neta), y ya puede comprarse desde 38.703 euros (con la batería mediana) y 45.493 euros (con batería grande).
En cuanto a la gama, existen las dos baterías mencionadas, dos motorizaciones y cuatro niveles de equipamiento. La batería mediana o «autonomía confort» sólo es compatible con el motor menos potente, que entrega 170 CV. En este caso, se puede elegir entre dos niveles de acabado: evolution y techno, siendo este segundo el más recomendable.
En el caso de la batería grande o «gran autonomía», viene combinada con un motor de 220 CV y los acabados Techno, esprit Alpine e Iconic, siendo el precio de estos dos últimos de 48.015 y 49.373 euros respectivamente. Por supuesto, todos estos precios son sin ninguna clase de ayudas contempladas en el Plan MOVES.
Con la batería grande, y empleando como referencia las propias estimaciones del vehículo, el Scenic es capaz de recorrer hasta 340 kilómetros a una velocidad constante de 130 km/h y una temperatura exterior de 5 grados, circunstancias que pueden considerarse bastante duras y realistas. De esa estimación se deriva que no es un coche especialmente eficiente… pero que dispone de una batería lo bastante grande como para que la eficiencia no resulte especialmente relevante.

El Renault Scenic por fuera
Por fuera, el Scenic destaca por sus líneas rectas y parecer un coche grande. El frontal es atractivo, aunque cuesta pasar por alto el relativo parecido de las luces diurnas con los característicos colmillos de Peugeot. Se trata de un morro voluminoso, sobre todo como resultado de que la plataforma CMF-EV almacene casi todos los elementos de propulsión en el morro. Una consecuencia es un Cx elevado, de 0,30, que sin duda tiene un efecto negativo en la autonomía.
El resto del coche se caracteriza por superficies planas y líneas rectas. Ya antes de abrirlas, llama la atención la longitud elevada de las puertas traseras, que auguran buen acceso y buena habitabilidad. La longitud es de 4,47 metros (de manera que resulta idealmente compacto para desenvolverse en ciudad, aparcar en lugares pequeños y maniobrar en aparcamientos y garajes estrechos), pero en persona parece un coche más grande.

Mención a parte se merece el techo de cristal electrocromo con tecnología Solarbay. No solo se trata de un techo acristalado de grandes dimensiones y que brinda un espacio extra fantástico para la cabeza, sino que incorpora un sistema de cristal líquido que permite oscurecerlo (o más concretamente, ajustar su transparencia) de una forma espectacular y elegante… casi mágica.
En el apartado de cuestiones negativas, podríamos mencionar a los tiradores escamoteables, que resultan realmente complicados de extraer si no es con la colaboración del conductor (que puede hacerlos asomar pulsando la tecla del cierre centralizado). Hacerlos salir de manera manual, si bien es posible, requiere habilidad para presionar una pequeña trampilla al tiempo que se «tracciona» de ellos hacia fuera.

El Renault Scenic por dentro
El interior del Scenic destaca, sobre todo, por una cualidad, y es su amplitud. Hay espacio suficiente tanto a lo largo (para las piernas) como a lo alto (para la cabeza). La batalla de 2,79 metros de largo autoriza la existencia de ese espacio… pero es que Renault ha sabido maximizarlo de una forma excelente.
El maletero tambien es amplio (unos 55 litros), aunque existe un desnivel considerable más de 20 centímetros) entre el borde de la boca de carga y el suelo del maletero. Habría sido ideal que Renault hubiera encontrado una solución de diseño para el portón que evitara este defecto.
El salpicadero está totalmente inspirado en el del Renault Megane, lo cual es una buena noticia. Dos grandes pantallas dispuestas en forma de «L girada 90 grados en sentido horario» mantienen informado al conductor. Tras ellas se ejecuta el sistema operativo Android Automotive, que dispone de una amplia tienda de aplicaciones y, entre ellas, destaca la propia Google Maps, que ofrece planificacion de itinerarios con paradas de recarga y estimaciones de autonomía muy precisas.

El Renault Scenic en marcha
El Scenic es un coche que se caracteriza por un tacto y comportamiento sencillo y confortable. Es silencioso y los controles tienen un tacto ligero. No es un coche brillante desde el punto de vista informativo. La dirección es blanda y muy poco informativa, el freno podría tener un tacto mejor y la suspensión, aunque cómoda, podría tener un poco más de aplomo.
La principal asignatura pendiente es la motricidad del tren delantero. La distribución de pesos es del orden del 50-50… y eso significa que las ruedas delanteras no están muy cargadas en muchas situaciones clave, como es al acelerar o circular cuesta arriba. Como resultado, se producen pérdidas de tracción al acelerar a fondo o al entrar en curvas con superficies deslizantes, y el control de tracción tiene que comportarse como un auténtico dictador para garantizar que ninguna rueda desliza al acelerar con la dirección girada. No es un problema crítico, pero se traduce en un comportamiento poco elegante… y no pasará para nada desapercibido para muchos clientes.
Los 87 kWh de batería autorizan a realizar una conducción poco eficiente incluso en el caso de viajes largos. De hecho, la instrumentación cuenta con una estimación del alcance máximo a 130 km/h de velocidad media y con una temperatura exterior de 5 grados… y marca 340 km con la batería al 100%. De forma que parece un coche más que válido para viajar.
En el caso de la batería de 87 kWh, la carga funciona de la siguiente manera. De serie, contamos con un cargador de 7,2 kW de potencia que, opcionalmente, y previo pago de unos 1.600 euros, puede incrementarse hasta los 22 kW. Por otra parte, la carga rápida puede llegar a alcanzar los 150 kW, aunque el dato que da Renault es de 37 minutos para pasar del 15% al 80% de carga. Es un dato «perezoso» o alto lento. Al menos, Renault ha prometido que la curva de carga es plana, con dos grandes mesetas: una a 130 kW hasta el 50% y otra a aproximadamente 85 kW hasta alrededor del 80%.
Los asistentes de conducción, que pueden ser muy numerosos, funcionan bastante bien, destacando un volante con detección capacitiva de manos en el volante… un detalle que hace suponer que será una gozada el contar con su asistencia en los viajes.

En opinión de Autofácil…
El nuevo Scenic 100% eléctrico representa una propuesta muy interesante. Entre los puntos muy positivos figura una autonomía tan elevada como su habitabilidad o maletero. Entre los neutros tirando a positivos, encontramos calidades y un sistema multimedia de alta calidad. Y entre los negativos tenemos todo lo relacionado con la dinámica del chasis, que no es del todo brillante.
Dado que el cliente medio da mucho más peso a los apartados en los que destaca que a aquellos en los que podría mejorar, le auguramos un futuro interesante… incluso siendo otro eléctrico en la banda de los 40.000 euros; una región de las listas de precios que -no nos engañemos- se encuentra fuera del alcance de la mayor parte de la sociedad, por mucho que les gusten los SUV con un interior espacioso o los necesiten para desarrollar su día a día.
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