La Sección Primera de la Audiencai Provincial de Sevilla ha estimado parcialmente los recursos presentados por la Fiscalía y la acusación particular y, además de confirmar la pena de cárcel impuesta en el juicio, le añade otro delito contra la seguridad vial por conducir bajo los eefectos del alcochol.
En la sentencia, que se ha dado a mconocer esta mañana, se considera probado que Ortega Cano conducía de forma temeraria el día del siniestro, tal y como ya declaró el Juzgado de lo Penal número 8 y añade a los delitos de homicidio y contra la seguridad vial un tercero, la conducción bajo los efectos del alcohol, del que fue absuelto en el juicio previo.
Los jueces han aceptado la prueba de alcoholemia que le fue practicada con una muestra de sangre extraída en el hospital y que la titular del juzgado de lo penal número 8 anuló, al entender que se había roto la cadena de custodia, algo que ahora rectifica la Audiencia. El Instituto Nacional de Toxicología determinó una tasa de alcohol en sangre de 1,26 gramos –el triple de lo permitido–.
El Juzgado de lo Penal número 8 de Sevilla condenó el pasado febrero al torero a dos años, seis meses y un día de cárcel por su responsabilidad en el accidente de tráfico en el que se vio envuelto el 28 de mayo de 2011. Ortega Cano se libró de un tercer delito, el de conducción bajo los efectos del alcohol, ya que la magistrada anuló la prueba de alcoholemia. La sentencia fijaba, además, una indemnización –pagada por las aseguradoras, hace meses– para la familia del conductor fallecido de 170.000 euros.
Asimismo, la sentencia contemplaba la retirada del permiso de conducir al torero durante un periodo de tres años y seis meses, lo que implica la pérdida de vigencia del mismo. Es decir, que Ortega Cano se tendría que volver a examinarse para recuperarlo.
Dos años y medio desde el accidente
El exmatador de toros conducía de camino a su finca el 28 de mayo de 2011 desde Burguillos (Sevilla) por la carretera A-8002 cuando en un tramo curvo invadió el carril contrario y chocó de forma brutal contra el vehículo en el que viajaba Carlos Parra. El impacto fue de tal magnitud que Parra falleció en el acto y el torero sufrió gravísimas heridas que a punto estuvieron de costarle la vida.
En la investigación que llevó a cabo la guardia Civil tras el accidente, se determinó que el extorero circulaba en el momento del accidente a 125 km/h –cuando la velocidad de la vía estaba limitada a 90 kilómetros por hora– y varios testigos señalaron que le vieron hacer «maniobras peligrosas» momentos antes. De hecho, algunos de ellos llegaron a alertar a los servicios de emergencia del 112.
