Para muchos consumidores, la llegada del invierno conlleva una mayor concienciación de los peligros provenientes de carreteras cubiertas por nieve y hielo. Pero probablemente no tengan en cuenta otro peligro potencial: el desgaste de sus amortiguadores que disminuye la seguridad al volante.
Un elemento que juega un papel vital pues ayudan a mantener un contacto sólido entre los neumáticos del vehículo y el firme de la carretera en un amplio número de situaciones, incluyendo la conducción bajo condiciones invernales. Sin embargo, unos amortiguadores desgastados pueden hacer rebotar los neumáticos y ruedas causando una obvia pérdida de tracción.
Además de acortar la frenada del vehículo, los amortiguadores interactúan con otros componentes del coche para ofrecer una dirección más segura y estable. Igualmente, controlan el traspaso del peso del vehículo de un lado a otro en curvas y de atrás a adelante en fuertes frenadas. Un traspaso de peso excesivo, puede incrementar la velocidad de giro del vehículo y ocasionando un posible accidente.
Al igual que la mayoría de los componentes de dirección y suspensión, los amortiguadores y columnas se degradan a distintos niveles dependiendo del tipo de conducción, de las cargas del vehículo y de las condiciones de la carretera, entre otros factores. Teniendo en cuenta que este desgaste puede darse de forma gradual y es a menudo difícil de discernir, Tenneco, el fabricante de amortiguadores y componentes de suspensión Monroe, recomienda revisar estos elementos por un profesional de la reparación a los 20.000 kilómetros de servicio y en cada cambio de neumáticos, de frenos y/o equilibrado.