El futuro ya está aquí, y quienes consideran que aún no ha llegado, están poniendo todo de su parte para que así sea. Entre ellos se encuentran la Universidad de Michigan y el Departamento de Transportes de Detroit, cooperando entre sí para dar vida a una ciudad «de pega» con el fin de recrear situaciones reales con coches autónomos. Con desperfectos en forma de obstáculos o baches y miles de coches interconectados, varias marcas están dispuestas a colaborar para ayudar en la evolución de este sistema.
Una de las razones más poderosas ha sido que, hasta el último y aislado incidente, todos los accidentes en los que se vio involucrado el coche de Google fueron culpa de humanos. Esto hace pensar en una ciudad sin contratiempos en lo que a tráfico se refiere. En ella, hay pavimentos de diferente adherencia y rugosidad, curvas con radios distintos, rotondas, semáforos, señales de tráfico, y hasta edificios falsos y peatones mal posicionados. Todo en un espacio de más de 130 kilómetros cuadrados, con una calle que mide más de kilómetro y medio.
Otro punto importante es la prueba de conexión de miles de vehículos para que se comuniquen entre sí, advirtiéndose entre ellos de una pintura en mal estado en la calzada (por un graffiti, por ejemplo) y demás deterioros. En principio, otros proyectos complementarios a este ya están en marcha, con 9.000 automóviles interconectados en Ann Arbor (EEUU) u otros 20.000 al sureste de Michigan (EEUU).
Por lo tanto, dos facetas son las que se prueban en MCity: la interconexión entre vehículos (con las tecnologías V2V y V2I) y el desenvolvimiento de los coches autónomos en un entorno normalizado. De momento, Ford, Toyota, General Motors, Honda y Nissan se han mostrado receptivos a colaborar para acelerar estas tecnologías y mejorar el futuro.
