Toyota, apenas seis meses después del escándalo de Daihatsu, vuelve a verse salpicada por problemas en las pruebas de seguridad de sus vehículos. En concreto, ahora se ha visto involucrada en los resultados que ha destapado la revisión que el Ministerio de Transporte de Japón solicitó, a raíz precisamente de este escándalo, a hasta 85 marcas de automóviles del país asiático.
Hay que señalar que Toyota no es la única marca involucrada, ya que durante la revisión solicitada por el Ministerio de Transporte japonés Mazda, Honda, Suzuki e incluso Yamaha encontraron irregularidades en los procesos de verificación de sus coches; pero sí la firma más afectada.
«Es extremadamente lamentable que hayan salido a la luz nuevos actos fraudulentos, ya que los actos fraudulentos en las solicitudes de designación de tipo socavan la confianza de los usuarios y sacuden los cimientos mismos del sistema de certificación de automóviles», señaló el Ministerio de Transporte japonés, en declaraciones recogidas por el portal de noticias Autonews.

Además, este organismo ha exigido a estas cinco empresas que suspendan los envíos de los vehículos afectados hasta que los reguladores puedan confirmar que los vehículos cumplen las certificaciones exigidas.
Toyota retira tres coches del mercado
Así, durante la revisión solicitada por el Ministerio, Toyota encontró irregularidades en la verificación de hasta siete vehículos, incluidas las pruebas de seguridad “para peatones y ocupantes”.
Y es que, tras conocerse un comunicado del Ministerio de Transporte nipón, Toyota llevó a cabo una rueda de prensa en la que su presidente, Akio Toyoda, reconoció que las revisiones de decenas de miles de pruebas habían dado como resultado que, hasta el momento, se hubieran descubierto siete violaciones de los protocolos. Aunque Toyoda señaló que muchos de los problemas ocurrieron porque Toyota llevó a cabo pruebas de los estándares de seguridad “bajo condiciones más estrictas” que las requeridas por el Ministerio para la correcta certificación de los vehículos.
“Los vehículos fueron producidos y vendidos sin pasar por el proceso de certificación correcto”, señaló Toyoda pero, aún así, “son seguros para conducir”, afirmó este ejecutivo, que quiso recalcar que los vehículos afectados “no sufren problemas de rendimiento” que supongan infracciones a la ley y que no hay necesidad de que sus propietarios dejen de usarlos.

Pese a lo anterior, y siguiendo las directrices marcadas por el Ministerio de Transporte japonés, Toyota ha suspendido las entregas de modelos como el Corolla Fielder, el Corolla Axio y el Yaris Cross en Japón a partir del pasado 3 de junio. Los otros cuatros modelos afectados, que ya no están a la venta, fueron los Toyota Crown, Isis, Sienta y el Lexus RX.
En cuanto a algunos modelos de la marca que pudieran fabricarse fuera de Japón, y según recoge Autonews, Toyota Europa ha señalado que los Yaris fabricados en Francia para los mercados europeos no se ven afectados por estos problemas de homologación y que, por tanto, seguirán fabricándose y entregándose a los clientes con normalidad.
¿Y qué ha pasado con las otras marcas implicadas?
El comunicado del Ministerio de Transportes japonés señaló que otros cuatro fabricantes sufrieron errores similares a los de Toyota en las pruebas de certificación de sus vehículos. Estos fueron Mazda, Honda, Suzuki y Yamaha.
Mazda declaró que, durante su inspección interna, había detectado fallos de validación referentes a la actualización del software de control de motor para que dos de sus modelos actuales llevaran a cabo pruebas de potencia, aunque señaló que estos fallos, que afectan a algo más de 10.000 unidades del Mazda MX-5 Roadster RF y a cerca de 41.400 unidades del Mazda 2, no suponen ningún peligro para la seguridad de los ocupantes.

Por su parte, Honda reconoció errores en las pruebas de insonorización realizadas en 22 de sus modelos; de los que ninguno continúa a la venta.
Suzuki explicó que había presentado una declaración errónea del informe de una prueba de frenado para uno de sus modelos, que ya no está a la venta. Por último, Yamaha reconoció que había realizado, “en condiciones inapropiadas” una prueba de ruido de uno de sus modelos, actualmente a la venta; mientras que también presentó, hace años y para dos modelos que ya no comercializa, pruebas con distintos errores.
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