Kirobo no es el nombre de un nuevo prototipo de automóvil de
Toyota, sino el del pasajero cibernético del transportador espacial Kounotori 4, que despegará el próximo 4 de agosto del
Centro Espacial de Tanegashima (Japón). El robot ha sido desarrollado por
Toyota Motor Corporation conjuntamente con la Estación Espacial Internacional y forma parte del proyecto Kibo Robot, un programa de investigación en el que participan, además de Toyota, el Centro de Desarrollo para la Ciencia y Tecnología Avanzadas de la Universidad de Tokio (RCAST) y la empresa Robo Garage –fundada por Tomotaka Takahasi, profesor asociado de investigación de la Universidad de Kyoto–, con la asistencia de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial.
Y ¿qué hará Kirobo en el espacio?
Aunque parezca mentira, esta soberbia pieza japonesa de ingeniería avanzada con aspecto de juguete participará en un experimento de conversación con el comandante Koichi Wakata, que supondrá el primer experimento de este tipo entre un robot y un humano en el espacio. Aparte del impacto mediático del acto en sí, que tendrá repercusión mundial, el experimento servirá a Toyota y a los demás actores implicados para perfeccionar las interfaces de comunicación oral entre hombres y máquinas, cada día más importantes en los nuevos automóviles que se lanzan al mercado.