La contaminación es uno de los grandes problemas que afectan, de forma general, a todas las grandes ciudades del mundo. En Madrid se activó este jueves por primera vez la fase 3 del protocolo anticontaminación con la prohibición de circular por la almendra central a los vehículos pares (por la fecha del calendario). Además, se limitó la velocidad en la M30 a 70 km/h y se prohibió aparcar en las zonas SER a cualquier vehículo.
Sin embargo, Madrid no es la primera capital que ha sufrido estas restricciones del tráfico por culpa de los altos niveles de polución. París, Berlín, Roma o Londres, entre otras, también se han visto obligadas a aplicar diferentes protocolos para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire.
Cómo actúan las grandes ciudades ante la contaminación
- PARÍS.- Durante el mes de diciembre, la capital francesa ha sufrido altos niveles de polución en varios momentos. Durante esos días, la alcaldía de París y de los 22 municipios limítrofes impusieron la circulación alterna, por matrículas pares o impares, y la gratuidad de los transportes públicos. No obstante, a partir del próximo 1 de enero las medidas serán aún más duras. Se intentará limitar la polución reforzando la Zona de Circulación Restringida, cerrando la capital a todos los vehículos pesados matriculados antes de marzo de 2001 y a todos los automóviles anteriores a 1996, considerados especialmente contaminantes. Las multas por incumplimiento de esta prohibición van de un mínimo de 68 euros hasta 500, con penas de cárcel en caso de impagos reiterados.
- ROMA.- En Italia son varias las ciudades que desde hace semanas han puesto en marcha distintos planes para reducir la polución. Roma, por ejemplo, ha planificado cuatro domingos ecológicos, que prevén la prohibición total de la circulación de vehículos a motor entre las 7.30 y las 20.30. El primero se celebró en diciembre y el resto tendrán lugar en febrero, marzo y abril. Además, se ha contemplado la prohibición parcial o total de circular a los vehículos más contaminantes.
- LONDRES.- La capital británica se tomó muy en serio su batalla contra la contaminación hace unos años, prohibiendo en 2008 la circulación de vehículos contaminantes en las Zonas de Emisiones Reducidas, que comprenden la mayor parte del área metropolitana de la ciudad. No obstante, han decidido esperar hasta 2020 para introducir una ‘zona de emisiones ultra reducidas’ con un perímetro alrededor del centro de la capital donde todos los vehículos tendrán que cumplir unos exhaustivos límites de emisiones de NO2 o pagar una tasa diaria cada vez que quieran pasar por ella. En el caso de que el vehículo no cumpla con las exigencias, las multas oscilarán entre los 150 y los 1.200 euros según sus dimensiones.
- BERLÍN.- Aunque la ciudad alemana es una de las menos castigadas por la contaminación, gracias a las grandes zonas verdes, calles amplias y poca densidad de población, la coalición de izquierdas del gobierno de Berlín se ha propuesto reducir progresivamente el número de automóviles y mejorar la calidad del aire. Este plan se basará en dos puntos claves: la expansión de la red de tranvías y el fomento de la bicicleta en detrimento del tráfico rodado.
- EUROPA.- Otras grandes urbes del ‘Viejo Continente’ tienen en mente planes más ambiciosos para mejorar la calidad del aire. Noruega, Copenhague, Holanda e incluso Atenas han convertido en prioridad su objetivo de prohibir la circulación a vehículos diésel.
- A NIVEL MUNDIAL.- Fuera de Europa, grandes urbes como Teherán (Irán) también han limitado la circulación en algunas de sus grandes avenidas ante el colapso continuo de las mismas. En Pekín, mascarillas para poder respirar, más transporte público y menos uso del vehículo privado es el día a día de la ciudad. Ciudades sudamericanas como Sao Paulo, Santiago de Chile, Bogotá o Quito emplean de forma prolongada la discriminación de matrículas desde hace años. Por último, Nueva York vive una situación a Madrid con una boina de contaminación sobre la isla de Manhattan. En este caso, el Ayuntamiento de Nueva York recomienda reducir el consumo de energía, usar medios de transporte más limpios que el vehículo e impulsar los coches eléctricos e híbridos.
