Volkswagen Polo GTI: lo probamos con Luis Moya

El último restyling del VW Polo le ha sentado especialmente bien a su versión GTI, la más deportiva. Luis Moya nos explica todo lo que ha cambiado y nos cuenta cómo va.


Si alguien te dice que va a probar un Volkswagen con apellido GTI, lo más probable es que lo primero que se te venga a la mente sea un Golf. Es, sin duda, el GTI por antonomasia, el compacto deportivo más mítico de la historia del automóvil. Sin embargo, lo que tengo delante de mí es un poco más pequeño: se trata de un Polo GTI, un modelo de 3,98 m de largo -exactamente lo mismo que el Golf GTI Mk2 de 1984- que se sitúa justo por debajo del Golf. Pero esto no significa, ni mucho menos, que estemos ante un coche que no se merezca ese apellido. Es más, se lo merece más, incluso, que el propio Golf. ¿No me crees? Pues a los hechos me remito: el Polo es el coche que emplea Volkswagen en el Campeonato del Mundo de Rallyes -WRC- desde enero de 2013. Pues bien, desde entonces, ha disputado 31 rallyes y, de ellos, ha ganado 26 -yo, en mis 15 temporadas con Carlos Sainz en el WRC, sumé 24-, ha subido al podio en 52 ocasiones y, por supuesto, ha ganado los dos mundiales de 2013 y 2014 -yo también gané dos mundiales…. pero en esos 15 años- tanto de marcas como de pilotos. Y, por si fuera poco, este año van líderes del certamen. ¿Se merece o no el apellido GTI?

Basta con echarle un simple vistazo para encontrarse con un montón de detalles que le diferencian de cualquier Polo ‘normal’: sobre su paragolpes deportivo delantero, el logo GTI aparece incrustado en una calandra adornada con una franja roja que llega incluso al interior de los faros de led de serie. Por detrás, la doble salida de escape y el pequeño alerón trasero termina de rematar una carrocería un poco más musculosa que la de cualquier otro Polo, mientras que las llantas de 17 pulgadas de serie también son exclusivas de este acabado.

Qué lleva el Polo GTI de serie 

Cuatro airbags, ABS, ESP con función Sport, elevalunas eléctricos, cierre centralizado, llantas de 17″, climatizador automático, suspensión con dos niveles de dureza, faros de leds, navegador con pantalla táctil de 6,5 pulgadas, radio CD con Mp3 y toma USB, sensor de luz y de lluvia, ayuda al arranque en pendiente, control de velocidad y de presión de neumáticos, kit estético GTI, asientos deportivos con reglaje en altura, volante multifunción regulable en altura y profundidad… 

ÚNICA OPCIÓN: Airbags de cortina (755 euros), cámara de marcha atrás (275 euros), alarma (225 euros), sistema MirrorLink para utilizar apps a través de la pantalla central (170 euros), interfaz para Apple (75 euros), tapicería en cuero y Alcántara (1.025 euros), pintura metalizada (415 euros), techo solar (885 euros), retrovisores plegables eléctricamente (150 euros)…

Echar un vistazo al interior no trae más que buenas noticias para los que nos gustan los deportivos: los asientos, con ese clásico tapizado a cuadros de los primeros GTI, tienen pinta de ofrecer una buena sujeción, y el rechoncho volante de tres brazos achatado por su parte inferior parece pedirte a gritos que juguetees con él por un buen tramo de rallyes. Aparte de algún pequeño cambio en la instrumentación, el resto es muy parecido a lo que podemos encontrar en cualquier otro Polo, y eso significa que la calidad de acabados es francamente buena.

Llega la hora de ponerse en marcha. Giro la llave y el motor 1.8 TSI de 192 CV cobra vida emitiendo un sugerente y bronco sonido a través del escape. ¿1.8? Sí; es verdad que, hasta ahora, el Polo GTI contaba con un propulsor 1.4 TSI equipado con un turbo y un compresor que desarrollaba 180 CV, y sólo se podía adquirir con cambio automático DSG de siete marchas. No era una mala combinación, pero sí es cierto que no conseguía unas emisiones tan bajas como las de este nuevo y afinado 1.8 TSI, que combina un sistema de inyección directa e indirecta y distribución variable para consumir lo menos posible.

Volkswagen Polo GTI: dale al botón del pecado

Por otro lado, quizá se echaba en falta un poco más de sensaciones teniendo en cuenta que estamos ante todo un GTI. La solución no se ha quedado simplemente en poner un motor más potente, sino que, además, ahora el GTI se ofrece también con un cambio manual de seis marchas que soporta una mayor cifra de par, algo que aporta una mayor sensación de empuje y deportividad al acelerar desde bajas revoluciones.

Por si fuera poco, de serie este Polo cuenta con una función denominada Sport Select que modifica el sonido del propulsor -en realidad, lo hace a través del equipo de audio para que, desde dentro, se perciba con mucha más claridad-, la respuesta del acelerador, el grado de asistencia de la dirección y el tarado de la suspensión adaptativa -que cuenta con dos niveles de dureza de serie-.

Conducir el Polo GTI así es una auténtica gozada. El motor empuja con mucha fuerza desde apenas 1.500 rpm, y continúa haciéndolo sin desfallecer hasta las 6.200 rpm. Basta con apurar un par de veces alguna marcha para darte cuenta de que tienes entre manos un coche que sólo necesita 6,7 segundos para pasar de 0 a 100 km/h. Tampoco puedo olvidarme del cambio manual de seis marchas, que tiene un tacto bastante suave -para ser un GTI, quizá podría ser un poquito más metálico- y resulta extremadamente preciso a la hora de manejarlo con rapidez.

Volkswagen Polo GTI: Más ágil, pero igual de seguro

El comportamiento es otro de los aspectos en los que ha mejorado este Polo GTI frente al anterior. Ahora cuenta con un eje trasero un poco más ágil, y eso se traduce en unas sensaciones de conducción más deportivas y, también, en una mayor rapidez en el momento de trazar una curva o enlazar un par de ellas. Aun así, este Polo sigue sorprendiendo por mostrar una estabilidad imperturbable. Puedes hacer todo tipo de travesuras al volante que el GTI siempre te responderá con unas reacciones muy dóciles y predecibles, además de con una capacidad de agarre impresionante para un coche tan aparentemente sencillo.

El tren delantero también se muestra muy eficaz; la dirección permite guiarlo con total precisión, avisa con una suave tendencia a deslizar cuando nos acercamos a su límite y, además, cuenta con la ayuda de un control electrónico de diferencial -denominado XDS+- que permite acelerar con fuerza a la salida de las curvas sin que tienda a patinar -y, como consecuencia, a irse de morro-, frenando la rueda interior para evitar que ésta patine.

Volkswagen Polo GTI: hay que ver lo que cuesta…

Hasta aquí, ponerle pegas al VW Polo GTI es complicado. Pero, ¿qué pasa cuando hablamos del precio? Pues que, de nuevo, nos vuelve a sorprender: con el descuento oficial incluido -1.805e-, este Polo cuesta 21.605e, por lo que se sitúa como unos de los urbanos GTI más baratos del mercado, con un mayor equipamiento de serie… y con tanta potencia como sus principales rivales. Además, hay otra cosa que me hace tenerle un cariño especial: se fabrica en la planta navarra de Landaben, de donde salen 1.408 Polo cada día.

Así es el Volkswagen Polo que compite en el WRC

Pese a sus similitudes estéticas con el Polo de calle, el R WRC de competición tiene muy poco que ver con él. De hecho, lo único que se conserva es la carrocería, que se fabrica en la planta que Volkswagen tiene en Landaben -Navarra-. Sobre ese chasis desnudo, se incluye una mecánica formada por un motor 1.6 Turbo de 318 CV a 6.250 rpm, cambio secuencial de seis marchas y tracción total. La velocidad máxima ronda los 200 km/h, pero la aceleración de 0 a 100 km/h se sitúa en torno a 3,9 segundos. Pesa 1200 kg, y el coste por unidad ronda los 600.000 euros.

¿Quién lo pilota? Los encargados de competir con el Polo R WRC son los franceses Sebastien Ogier/Julien Ingrassia -campeones del mundo en 2013 y 2014, y van líderes en 2015-, los finlandeses Jari-Matti Latvala/Miikka Anttila y los noruegos Andreas Mikkelsen/Ola Floene.

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