Disponer de un panel solar en nuestra autocaravana es un puro ejercicio de lógica. Para empezar, proporciona un plus de energía necesaria cuya obtención, además, resulta limpia y económica. Dos factores que parecen ligados al ocio camper casi desde su propia concepción. Convertir la luz del sol en electricidad es un método ecológico, barato y rápido de disponer de todo tipo de lujos y servicios en nuestro vehículo recreativo.
Por ejemplo, con un panel solar de 180W y una batería de 90 o 100ah podemos pasar cómodamente un fin de semana utilizando la televisión, el agua de noche y el agua caliente junto a otros accesorios como el WiFi. Solo habría que cuidar la carga de la batería, disponer de unas condiciones climatológicas medianamente favorables y usar los electrodomésticos con cierta moderación. En definitiva, dar una patada a las compañías eléctricas…

Todo parece lógico y fácil, no obstante, el uso de energía solar fotovoltaica en autocaravanas todavía es una gran desconocida en nuestro país. Los recursos más comunes en España son las placas solares monocristalinas o policristalinas de 12v y 24 V, que se diferencian en la mezcla de cristales que la componen (en el primer caso el rendimiento es superior debido al uso de un cristal homogénea).
Lo más determinante a la hora de elegir entre uno u otro es el lugar geográfico donde se instalen: los monicristalinos son mejores en países fríos, porque resisten menos el sobrecalentamiento. No obstante, el tamaño de la placa y el uso que vayamos a darle puede ser vital a la hora de disponer de una u otra.
A partir de aquí nosotros modulamos las prestaciones, la capacidad y la potencia de los aparatos montados en nuestro vehículo, así como el uso que vayamos a hacer de ellos. ¿Saldremos en otoño o en verano? ¿Qué autonomía necesitaremos? ¿Disponemos de un medio de transporte eléctrico adicional -como una bici o una moto- que vaya a necesitar carga de batería? Se trata de un plan de vida viable que puede ser diseñado con la ayuda y asesoramiento de un buen profesional.

Lo mejor es dejarnos asesorar por un taller profesional. En este sector hay mucho listo. Ellos nos propondrán baterías de más o menos potencia, de litio en lugar de AGM, o quizá instalar un Booster o recurrir a un número superior de paneles si fuera necesario.
En todo caso es recomendable, eso sí, disponer de un monitor que indique las horas de carga de la batería y el consumo que se está haciendo en ese momento, para así poder decidir qué es prioritario o no.
Por supuesto hay consejos que sirven en toda circunstancia, como disponer de un plus de potencia y de carga por razones de seguridad, para disponer de algo de margen. Y tener en cuenta que aunque no consumamos nada, es bueno poner una placa solar para aliviar el trabajo de las baterías AGM y alargar la vida de las baterías. Existen reguladores MPPT de alto rendimiento que pueden obtener hasta un 20% más de potencia si nuestros consumos son altos. La energía es autonomía.
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