El año que viene, Ford dejará de producir coches en el Reino Unido por primera vez en más de cien años. De acuerdo a los planes anunciados esta semana por la empresa, Ford se despide de la planta del Transit en Southampton: La furgoneta se fabricará a partir de 2013 en Turquía, tras seis millones de unidades producidas por la factoría británica a lo largo de 45 años. Por su parte, la planta de estampaciones de Dagenham se destinará a partir de 2016 a la producción de una nueva generación de motores diésel, diseñados en el centro técnico de Dunton. Las instalaciones de Bridgend seguirán produciendo grandes volúmenes de motores de gasolina.
El cierre de estas dos fábricas, combinado con el de la planta de Bélgica, supondrá la pérdida de 6.200 empleos, el 13 % de la plantilla de la empresa, un dato que se corresponde con el retroceso del 18 % en la producción total de vehículos de Ford en Europa. En el caso de Genk, Ford se encuentra en proceso de información a los representantes sindicales de la factoría, y el plan queda supeditado por el momento al resultado de estas consultas: «Entendemos el impacto que esta posible decisión tendría en nuestros trabajadores de Genk, sus familias, nuestros suministradores y las comunidades locales», reconoce Stephen Odell, presidente y consejero delegado de Ford Europa. «Reconocemos y aceptamos plenamente nuestra responsabilidad social en esta difícil situación y, si se confirma el plan de reestructuración, nos aseguraremos de que se ponen en práctica medidas y apoyos para mitigar el impacto en todos los trabajadores afectados».
Con esta reestructuración, Ford espera hacer frente mejor a los cambios que se están dando en el mercado europeo, donde la demanda ha caído más de un 20 % desde 2007, provocando sobrecapacidad en sus fábricas. Ford viene apostando por Almussafes en los últimos tiempos, realizando una inversión de 1.100 millones de euros para la instalación de las cadenas de montaje de los Kuga, Transit y C-MAX.
