El presidente y CEO de Mazda, Masahiro Moro, ha destacado, una vez más, su compromiso con la innovación y la eficiencia, sin renunciar al placer de conducción que la distingue.
Y todo esto dentro de un entorno en el que la industria del automóvil está experimentando “un cambio de proporciones sísmicas, de los que solo ocurren una vez por siglo”. Frente a esta transformación, Mazda apuesta por tres pilares estratégicos: optimización de activos, diversificación tecnológica y una evolución en los procesos de producción.

Uno de los anuncios más destacados realizados por el máximo mandatario de Mazda ha sido la llegada del motor SKYACTIV-Z, una evolución de los propulsores tradicionales que mejorarán la eficiencia y se adaptarán a la normativa Euro 7. Este motor debutará en la próxima generación del Mazda CX-5 en 2027 y se combinará con un sistema híbrido propio. La estrategia de Mazda también contempla el desarrollo de una nueva plataforma para vehículos eléctricos de batería, que entrará en producción en 2027 con el apoyo de Panasonic Energy Corporation.
A diferencia de otros fabricantes que están invirtiendo grandes sumas en electrificación, Mazda apuesta por la optimización. Su inversión prevista en este ámbito pasará de 12.000 millones de euros a 9.200 millones, gracias a colaboraciones estratégicas con Changan, Toyota, Denso y Blue Nexus.
Mazda también modernizará su proceso de fabricación con la iniciativa Monozukuri Innovation 2.0, que permitirá reducir la inversión inicial en producción de eléctricos en un 85% y el tiempo de preparación en un 80%. Además, implementará tecnología OTA (actualización remota) y vehículos de guiado automático en sus fábricas para mejorar la eficiencia y reducir inventarios.
