Ya existían dos variantes híbridas dentro de la gama Mercedes Clase S; el 400 Hybrid y el 300 BlueTec Hybrid. Por ello, es inevitable preguntarse hasta qué punto era necesario un tercer integrante en ‘la familia híbrida’. Pues bien, hay una razón que lo justifica: la nueva Directiva europea sobre reducción de emisiones de CO2 obliga a todos los fabricantes a disminuir el nivel medio de emisiones contaminantes de sus modelos paulatinamente… hasta llegar a unos teóricos 95 g de CO2/km en el año 2020.

TÉCNICA: ASÍ SE RECARGA
El Mercedes S 500 PIH incluye un cable para enchufe convencional de 230V que es capaz de recargar las baterías, de 8,7 kWh de capacidad, en 2 horas y 45 minutos –a 13 amperios–, o bien en 4 horas –a 8A–. En cualquier caso, el coche cuenta con un cargador de 3,6 kW, de forma que, si dispones de una wallbox que proporcione corriente trifásica –según Mercedes, 400V/16A–, se puede completar una recarga en sólo 2 horas. Eso sí, para esto último necesitarás un cable con conector Mennekes en ambos extremos –Mercedes te lo vende por 319 euros–.
Es por ello por lo que hoy Mercedes nos presenta este S 500 híbrido, que tiene la particularidad de que, bajo su piloto trasero derecho, dispone de una portezuela que esconde una toma de carga para las baterías de su motor eléctrico. Y es que, a diferencia de los otros dos Clase S híbridos que ya se comercializaban, este Mercedes S 500 PIH tiene una autonomía de 33 km en modo eléctrico.
El Merceres S 500 PIH sólo se venderá con carrocería larga. Sus 5,24 metros de largo exhiben un empaque de auténtico lujo, sensación que aumenta nada más abrir la puerta y observar el cuero y madera de raíz de nogal que hay por todo el habitáculo. Las dos pantallas de 12,3″ permanecen aunque, ahora, en una de ellas puedes seleccionar cuatro modos de conducción específicos: uno es puramente eléctrico, mientras que los otros tres, que son híbridos, se distinguen en la forma que administran la carga de la batería: utilizándola, manteniendo su nivel o cargándola para emplearla más tarde.
Inicio la marcha en eléctrico –ver nuestra sección de coches híbridos y eléctricos-. Dispone de 116 CV, con los que puede alcanzar una respetable velocidad –para el día a día– de 140 km/h. Además, los 340 Nm de par que eroga desde 0 rpm hacen que, en modo eléctrico, este S 500 PIH disponga de un buen reprís. La verdad es que si un Clase S ‘normal’ ya es silencioso, al circular con el Plug-in Hybrid parece que estás aislado en una burbuja. El nulo ruido mecánico y la trabajada insonorización del coche, que incluso incorpora lunas de doble grosor, permiten que no escuches nada. Es lógico, un automóvil como este está hecho para evadirte del exterior y circular con absoluta supremacía, pero no ‘sentir’ la conducción no es algo que me termine de convencer.
Pocos minutos después, cuando se acaba la carga de las baterías, el buen motor 3.0 V6 biturbo de 333 CV que hasta el momento estaba adormecido, despierta. Ahora mismo, si espero unos minutos a que las baterías se recarguen un poco mediante energía cinética –lo hace con una notable rapidez–, liberaré 442 CV al aplastar el acelerador. Vale, es algo ‘anti-ecológico’ y voy a ‘cargarme’ los 0,0 l/100 km que llevo de consumo medio, pero no podía dejar de hacerlo. Pronto atestiguo que los 5,2 segundos que anuncia la marca en pasar de 0 a 100 km/h se cumplen, así como que la caja automática 7G-Tronic Plus es bastante rápida. Lástima que la conducción sea tan poco implicativa que ni siquiera siento los cambios de marcha… Aunque, al final, eso no es lo más importante en un vehículo así, sino su capacidad de circular a 200 km/h mientras vas contándole a tu acompañante tus planes para el próximo fin de semana. Vaya, justo como está sucediendo ahora…
Asimismo, los 2.140 kg que pesa este vehículo no parecen tantos a la hora de enlazar curvas. Evidentemente, no es un coche que se sienta cómodo en carreteras sinuosas, pero es razonablemente ágil para su elevado peso y cambia de trayectoria con naturalidad. Algo a lo que ayuda su rápida dirección y la amortiguación adaptativa Airmatic, que mitiga muy bien los balanceos de la carrocería; esta versión no puede llevar la suspensión activa Magic Body Control.
Pero a ver, ¿entonces gasta poco o no?
Al final casi olvido reparar en el consumo real del coche. La cifra homologada es de 2,8 l/100 km, pero Mercedes ha tenido el detalle –no como el resto de fabricantes– de confesarnos cuál es el consumo oficial en condiciones normales, es decir, cuando la batería no está cargada al máximo: 6,4 l/100 km. Pues bien, durante los primeros 100 km, en los que la batería sí estaba cargada al 100% y circulé de forma eficiente, obtuve unos contenidos 5,9 l/100 km. ¿Y ahora? Miro el ordenador de a bordo y marca 10,9 l/100 km, lo cual me parece una cifra razonable dado el ritmo que hemos impuesto y me sugiere que, en un uso cotidiano, este S 500 PIH puede rondar los 8,0 l/100 km de media. Esto último es una gran virtud, aunque también un problema para Mercedes si no quiere canibalizar su S 500 L ‘normal’, ya que esta nueva versión PIH es nada menos que 17.175 euros más asequible siendo mejor en términos de eficiencia e, incluso, de exclusividad.