La denuncia que salió a la luz a principios de esta procedente de la Agencia de Protección medioambiental contra el Grupo Volkswagen por manipular también las emisiones de los propulsores 3.0 TDI V6 –utilizados por coches de alta gama de Volkswagen, Audi y Porsche– comienza a tener sus consecuencias. Tras la caída en bolsa y la imagen pública nuevamente dañada, Porsche Cars North America ha decidido pausar la comercialización del Cayenne diésel en territorio norteamericano.
Según el Grupo Volkswagen, la nueva demanda le ha pillado de sorpresa, y es decisión de la propia compañía –la EPA no lo ha exigido- el paréntesis en las ventas del SUV de Porsche, situación que mantendrá hasta que se aclare todo. De momento, el consorcio alemán ha negado su implicación en otra trama que no fuera la de los motores EA 189, defendiendo la limpieza de sus actuaciones.
Desde este lunes no ha habido ningún comunicado oficial más, a la espera de que se resuelva el asunto, que podría salirle a la compañía por unos 375 millones de dólares –si la EPA aplica la máxima sanción en este caso, de 37.500 dólares- a tenor de las unidades afectadas: aproximadamente 10.000 sumando modelos de las 3 marcas implicadas. Aun así, en principio, Volkswagen y Audi continúan con sus ventas.