Conecta el aire acondicionado a su máxima potencia y a la menor temperatura posible. Aproxima un termómetro a una salida del aire y comprueba que su temperatura se sitúa entre 2 y 5ºC. Si fuese superior, el sistema presenta alguna anomalía; a continuación, te mostramos los tres problemas que puede tener. El sistema de climatización pierde su eficacia con el paso del tiempo. Si no lo revisas, al menos, cada dos años, enfriará hasta un 50% menos.
1. El sistema no enfría. Puede que el sistema haya perdido el gas que lleva en su interior debido a una fuga. Si es pequeña, la podrán sellar con un tapafugas -te cobrarán los 50 – de la recarga-; si es grande, tendrán que cambiar la parte dañada -de 120 – a 300 –. Qué hacer: Acude a un taller para recargar el gas -50 – aprox.- y, si es necesario, tapar la fuga.
2. El aire sale sin fuerza… Lo más lógico es que el filtro del habitáculo -evita que entren impurezas en el interior del coche- esté sucio y obstruya la salida del aire a su máxima potencia. Qué hacer: Cámbialo en un taller, te costará unos 45 -, aunque si lo haces tú mismo te ahorrás unos 25 -.
3. …o el compresor se ha roto. El aire acondicionado utiliza un motor -compresor- para funcionar. Si se avería, notarás que sale aire con fuerza al conectar el sistema… pero que no está frío. Además, no percibirás el pequeño ‘tirón’ que se aprecia en el motor cuando se conecta. Te costará 400 – aprox. Qué hacer: Conecta el sistema también en invierno: así, al funcionar, el compresor se va lubricando, algo que evita posibles averías.
Cómo cambiar tú mismo el filtro
Si está obstruido por suciedad, el aire no entrará bien en el habitáculo, por lo que se recomienda cambiarlo una vez al año. La operación es sencilla -aquí te explicamos cómo hacerlo-. La pieza cuesta entre 15 y 30 – y puedes encontrarla en cualquier tienda de repuestos.
1. Localízalo. Para comprar el filtro sólo necesitas especificar qué coche tienes. Después, averigua dónde está ubicado -viene en las instrucciones del nuevo filtro- y retira la tapa de plástico que lo cubre -va anclada con grapas o tornillos-.
2. Extráelo. Tira de él Lo normal es que vaya encajado en un hueco a medida, así que bastará con que tires de él con cuidado. En otros casos, puede que tengas que liberar algunas patillas o quitar tornillos de sujeción.
3. Compáralo. Asegúrate de que el filtro de habitáculo viejo y el nuevo son iguales… y, al quitar el viejo, observa muy bien cómo va colocado; así evitarás cometer un error al instalar el nuevo -si lo pones al revés no cumplirá su función-.
4. Coloca el nuevo. Pero, antes… limpia con una gamuza el polvo que exista en el hueco del filtro. Luego, instala el nuevo sin forzarlo y vuelve a poner la tapa que lo cubre.
