Entre las causas de este notable aumento se encuentran las denominadas APR -Áreas de Prioridad Residencial, con una subida del 134,5% de las denuncias-, las cámaras fotorrojo -las sanciones por esta causa se han incrementado en un 121,6%- y el exceso de velocidad -las multas por ello han subido en un 65,2%-. En relación a esta última razón, buena ‘culpa’ la tiene el nuevo límite de velocidad máxima permitida en la M-30, el cual ha descendido desde los 90 km/h hasta los 70 km/h.
A pesar de todo, la mayoría de las multas impuestas son leves -el 66,75%-; no obstante, también hay una buena cantidad de sanciones graves -32,9%-. Por último, las muy graves solo representan el 0,35% del total. Además, únicamente el 5,3% de todas estas multas ha conllevado la detracción de puntos del carnet -la mayoría son las relacionadas con la cámara fotorrojo de los semáforos, cuya sanción implica una multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos del carnet-.
En lo referente a los denunciantes, los controladores del SER son los que más multas imponen -el 45,8%-, seguidos de la Policía Municipal -30,1%- y de los Agentes de Movilidad -23,5%-. El importe medio de las sanciones es de 103 euros. A la vista de estos datos, AEA considera desproporcionado el volumen de denuncias y señala que el Ayuntamiento tiene un claro afán recaudatorio.