Que los crossover están de moda, es un hecho contrastado, y es que cada vez son más los modelos que llegan a nuestro mercado y que buscan combinar toda la practicidad de sus carrocerías y la potencia de sus motores con la versatilidad que supone el hecho de poder salir del asfalto sin ningún tipo de preocupaciones. En este sentido, los modelos con carrocería familiar pero con una clara imagen campera son los que se están llevando el gato al agua.
En los últimos años hemos visto como marcas como Audi, Skoda, Citroën, Opel€ han ido apostando por incluir, principalmente a sus berlinas, los apellidos Alltrack, Scout, CrossTourer o Country Tourer, respectivamente. Sin embargo, el éxito de muchos de ellos se ha visto eclipsado por el apellido Alltrack, y más concretamente por el Passat. Y es que la berlina alemana, sin llegar a ser una de las precursoras de este segmento, supo hacerse un hueco en él con suma claridad.
Ahora, tras tres años en el mercado, el crossover germano, aprovechado la octava generación de la berlina de la que deriva, estrena su segunda generación con unas aspiraciones todavía más altas. Bien es cierto que el escenario ha cambiado sustancialmente y que la competencia es todavía más fuerte, incluyendo incluso a la propia Volkswagen ya que hace unos meses veíamos como el Golf también pasaba a tener variante Alltrack.
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