Así es el BMW i8: súper coche híbrido enchufable

El BMW i8 es un súper coche con chasis de carbono capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos consumiendo 2,1 litros/100 km. ¿El secreto? Su tecnología híbrida enchufable.


El BMW i8 es un afilado coupé de 4,69 metros de largo, 1,94 metros de ancho y 1,30 metros de alto -su Cx es de 0,26– nacido para competir contra los Jaguar F-Type o Audi R8. Para ello, su principal arma es un diseño futurista en el que destacan sus puertas de apertura vertical -que como contrapartida necesitan 55 cm para abrirse a cada lado-, sus alerones integrados en los pilares traseros o la posibilidad de equipar unos faros delanteros láser. ¿El único problema del BMW i8? Ya están vendidas las 22 unidades que se asignaron en un principio al mercado español.

Cómo es por dentro el BMW i8

El interior del BMW i8 destaca por su calidad de acabado: todo está bien ajustado, es agradable al tacto e, incluso, transmite mayor sensación de solidez que todo un BMW Serie 7.

En lo que a la postura de conducción respecta, el mayor problema es entrar al habitáculo: la reducida altura de la carrocería y el hecho de que haya que superar una gran viga inferior para llegar hasta el asiento. Eso sí, el conductor va sentado a unos 30 cm del suelo, los reglajes del volante son enormes y la consola central envolvente hacen que el puesto de conducción sea muy agradable. En cuanto a las plazas traseras, son pequeñísimas y es muy difícil acceder a ellas. Por su parte, el maletero cuenta con 154 litros de capacidad y, como máximo, puede soportar un peso de 35 kilos.

¿Una curiosidad? A través de la aplicación BMW iRemote APP puedes consultar en el móvil el nivel de carga, la autonomía del vehículo?

¿Qué se esconde bajo la carrocería del BMW i8?

Para impulsarse, el BMW i8 combina dos propulsores: un motor eléctrico de 131 CV que mueve las ruedas delanteras asociado a un pequeño propulsor 1.5 gasolina de tres cilindros con 231 CV; de modo que, en la práctica, es un modelo de tracción total.

Para alimentar esta mecánica, el BMW i8 equipa unas baterías de ión-litio de 5 kWh que se recargan al frenar, cuando el coche avanza sin acelerar, o en menos de tres horas en un enchufe convencional -en una wallbox en dos horas-. Todo el sistema eléctrico tiene 8 años o 100.000 km de garantía.

En lo que al chasis respecta, el BMW i8 recurre a un chasis de plástico reforzado con fibra de carbono -PRFC- combinado con módulo de aluminio que soporta la suspensión y los propulsores.

¿Cómo va en marcha el BMW i8?

Al arrancar, el BMW i8 puede circular hasta 120 km/h durante 35 km en el modo eléctrico eDrive. Superada esa velocidad pasaría al modo Confort; en el que el motor térmico y el eléctrico funcionan conjuntamente -la autonomía es de 600 km en este modo-. En el modo Sport, la instrumentación cambia a color rojo, el propulsor térmico corta inyección a 6.750 rpm y su sonido se vuelve más deportivo. Al volante, el reparto de pesos del 50% sobre cada eje unido al reducido balanceo de su carrocería hacen que el i8 parezca soldado al asfalto –eso se debe a que su centro de gravedad está a tan sólo 46 cm del suelo-. En conjunto, no hay un coche de su potencia más sencillo de conducir deprisa. Por otro lado, la suspensión adaptativa -de serie- consigue tan buen equilibrio entre confort y estabilidad que hace que sea utilizable a diario.

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