Todos sabían que el finlandés iba a hacer una parada menos que el resto, algo que sólo se podía contrarrestar haciendo vueltas de clasificación durante todo el GP de España de Fórmula 1. Lo hizo, y terminó aventajando claramente al piloto de Lotus.
Los primeros metros del Ferrari fueron discretos. En la llegada a la curva número uno, se mantuvo expectante. Pero fue a partir de allí cuando exprimió a fondo el KERS, adelantando por el exterior, primero a Raikkönen y, unos metros mas adelante, a Lewis Hamilton, quien se vió sorprendido por el Ferrari y tuvo que claudicar antes de la curva cuatro. A partir de ese momento, sólo Vettel y Rosberg seguían por delante.
Pero el Mercedes no era rival, así que el Red Bull se convirtió en obsesión. En un buen juego estratégico, Ferrari se adelantó a sus rivales y pararon antes que el resto. Sorprendieron incluso a Lotus, que seguía con su plan original de parar una vez menos. Alonso sabía que no se iba a salvar de las cuatro detenciones, y aceleró con decisión una y otra vez que pasaba por meta, pero a la vez observaba cada milímetro de sus neumáticos.
Las diferencias se fueron estirando poco a poco. Al parar por segunda vez los nervios eran menores; Vettel sufría, pero persistía la duda de Raikkönen, que hasta ese momento casi calcaba la estrategia de Alonso, a la espera de perpetrar el engaño final. Los Mercedes claudicaron y Vettel ofrecía síntomas de no poder aguantar el ritmo. Alonso se consolidaba cada vez más en la cabeza de la carrera, y mientras que Raikkönen le perseguía, no estaba todo dicho. La victoria se vislumbraba, pero no so podían echar campanas al vuelo.
Lo positivo para redondear el día de Ferrari, era que Massa también seguía presente. No se diluía y, de esa forma, alejaba puñados de puntos de Sebastian Vettel, a quien arrinconaba lejos del podio. El alemán no pudo ir mas allá de ese cuarto puesto final porque el brasileño, quien muchas veces falló en sus último años de Ferrari, lo mantuvo a raya.
La victoria de Barcelona llega en un momento ideal tanto a Alonso como a Ferrari. En menos de un año, Alonso ha sabido construir dos enormes victorias en territorio español, ya que ganó en junio de 2012 en Valencia y, ahora, en Montmeló. Una buena manera de reivindicarse ante las adversidades sufridas en el desenlace del campeonato pasado, y la mejor de las alegrías que puede brindarle a su público, ganando en casa, aunque las tribunas hayan tenido esta vez más extranjeros que nacionales. La próxima cita será en Mónaco, dentro de dos semanas, allí donde cualquiera puede ganar, y allí donde Vettel va a tener que salir a defender con más ahínco que nunca su liderato en el campeonato, ahora que Raikkönen y Alonso le acechan peligrosamente.