La primera conclusión que se debe sacar sobre el Koenigsegg Regera, súper deportivo híbrido sueco, es que es una lástima que solo construyan 80 unidades. Para moverse utiliza un propulsor híbrido-gasolina, cuyo motor de combustión es un V8 biturbo de 5 litros que entrega 1.115 CV y 1.250 Nm de par máximo. Combinado con el eléctrico -709 CV y 900 Nm de par- dan una potencia conjunta de aproximadamente 1.500 CV y más de 2.000 Nm de par máximo. Todo ello con un peso en vacío de unos 1.630 kg, 100 kg menos que un Mercedes-AMG C63 S, para tener una referencia cercana.
Lógicamente, las prestaciones que consigue con semejante torrente de fuerza son incomparables: una recuperación de 150 a 250 km/h en 3,2 segundos y una aceleración desde parado hasta los 400 km/h en 20. Lo consigue gracias a Christian von Koenigsegg, el propietario de la marca, quien cuenta con ideas brillantes para su desarrollo. Por ejemplo, ha inventado un sistema de propulsión eléctrica revolucionario, llamado KDD -o Koenigsegg Direct Drive Transmision- que minimiza al máximo las pérdidas de energía producidas en la conversión de ésta.
Así, esta tecnología sustituye a la transmisión al uso de los motores de combustión tradicionales basándose en 3 propulsores eléctricos extremadamente eficientes y alojados en las dos ruedas traseras y en el cigüeñal -para mejorar la curva de par y que hace las veces de motor de arranque-. De este modo, la energía va directamente hacia las ruedas, eliminando los ´bajones´ en la curva de potencia y favoreciendo una subida constante de par motor y el frenado regenerativo. ¿El peso de dicho sistema? Tan solo 88 kg.
Por último, la batería está instalada en el túnel del chasis y desarrolla 9,27kWh de energía, ocupando 67 litros y pesando unos 115 kg. Ésta ha sido creada junto a Rimac Automobili y cuenta con una capacidad de 620 V, convirtiéndose en las más densas de la historia de la automoción. A continuación, un vídeo -eso sí, en inglés- explicando todos sus detalles: