El modelo de esta prueba pertenece al segmento que más ha crecido en los últimos años. Un automóvil que mes tras mes se encuentra entre los modelos más vendidos de su marca y, en la actualidad, es el único todocamino del mercado que ofrece versiones híbridas, eléctricas, gasolina y diésel.
Se trata del Hyundai Kona, un SUV urbano de 4,15 metros de longitud que, dentro de la gama de Hyundai, se sitúa a mitad de camino entre el i20 y Active y el Tucson y que tiene la difícil misión de competir contra modelos como el Seat Arona, el Kia Stonic, los nuevos Nissan Juke, Peugeot 2008 y Renault Captur…
Y en este caso vamos a probar su versión de acceso y la que, a la vez, representa el mejor equilibrio de la gama entre prestaciones, consumo y precio: el 1.0 T-GDI, dotado de un motor gasolina de 1,0 litro y tres cilindros, con 120 CV. Una mecánica a la que, de acuerdo con el configurador de la marca, se puede acceder desde 13.900 euros en la terminación de básica Essence hasta los 19.840 del acabado más equipado, denominado Tecno.
Hyundai Kona: un SUV con personalidad
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A simple vista es evidente que el Hyundai Kona es un SUV con mucha personalidad y con un diseño en el que destacan, por encima de todo, dos elementos estéticos. El primero es el frontal, en el que encontramos una parrilla frontal de dimensiones muy generosas y una doble óptica principal partida, una solución que también emplean algunos de sus competidores, como el Citroën C3 Aircross.
Por otro lado también destaca una carrocería con una amplia proporción de plástico negro en la parte baja, que ayuda a aportarle el toque de robustez habitual en los todocaminos. A conseguir este efecto también contribuyen unas llantas de 18 pulgadas con neumáticos Kumho Ventus 235/45 R18 (cada unidad cuesta unos 90 euros).
¿Qué se esconde bajo el capó?
Una vez que accionas el tirador que da paso al vano motor y levantas el capó -que no tiene amortiguador y es un poquitín pesado-, nos encontramos con un propulsor tricilíndrico que va muy ‘destapado’ y que deja bastante hueco en el vano motor. Además, es bastante sencillo comprobar los niveles y la batería está bastante accesible en caso de que sea necesario conectar unas pinzas.
Hyundai Kona: así es el interior
Una vez que accedes al habitáculo la primera sensación que tienes es que resulta curioso que un automóvil con una estética tan arriesgada en el exterior, tenga un interior con un aspecto ordenado, sencillo y, en cierto modo, clásico. Aunque lo cierto es que tiene cosas muy buenas, como por ejemplo, unos mandos de gran tamaño para el climatizador que se pueden accionan con sin apartar la vista de la carretera. Algo que también sería aplicable a la pantalla de 8,0 pulgadas de la consola central.
Al volante la postura es cómoda, gracias a los reglajes en altura y profundidad del volante, además la visibilidad es razonablemente buena en todas direcciones y la instrumentación es bastante clara y sencilla de leer. Por otro lado no faltan elementos como una pantalla LCD de 4,2 pulgadas para el ordenador de a bordo, un cargador inalámbrico para el teléfono móvil y un número aceptable de huecos para depositar objetos.
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Por lo demás, la postura al volante es cómoda, gracias a los reglajes en altura y profundidad del volante, además la visibilidad es razonablemente buena en todas direcciones y la instrumentación es bastante clara y sencilla de leer.
En cuanto a las plazas traseras la accesibilidad es bastante buena gracias a los 1,55 metros de altura de la carrocería. Detrás, en comparación con otros modelos de la categoría no es especialmente brillante por espacio para las piernas o anchura, pero consigue lo mismo que el 90% de los modelos del mercado: transportar a cuatro ocupantes de hasta 1,85 con comodidad.
Y si hablamos del maletero, ofrece 361 litros de capacidad, una cifra en la media de la categoría -aunque algo por debajo de los 400 que ofrece un Seat Arona-. Además, al abatir los asientos queda una superficie de carga perfectamente plana y cuenta con una rueda de repuesto de emergencia, una solución más recomendable que un kit reparapinchazos
Hyundai Kona 1.0 T-GDi 120 CV: así va en marcha
Lo primero que uno de plantea antes de subir al Hyundai Kona 1.0 T-GDI de 120 CV es si un motor de tres cilindros y tan sólo un litro de cilindrada es suficiente para mover a un todocamino de casi 1.300 kilos de peso.
Y lo cierto es que la respuesta es que sí para la mayoría de los conductores, siempre que no se busquen unas prestaciones deportivas. De hecho, dentro de la gama Kona es la variante que ofrece una mejor relación entre precio, prestaciones y consumo. Sobre todo teniendo en cuenta que resulta 5.500 euros más barato que el gasolina de 177 CV y 2.000 euros más asequible que el que el diésel de 115 CV, que sería su equivalente ‘lógico’.
No es una mecánica con una respuesta fulgurante en la que el coche salga disparado en cuanto aceleras a fondo, pero sí que ofrece un empuje constante entre 1.700 y 5.000 rpm y que mueve el coche con una soltura razonable en situaciones como incorporaciones a una autopista o adelantamientos.
En cuanto al agrado de utilización, no representa ningún problema en el día a día. Es cierto que comparado con otras mecánicas, como el 1.2 PureTech del Grupo PSA o el 1.0 Ecoboost de Ford, es más sencillo percibir que se trata de un motor de tres cilindros por el sonido al acelerar a fondo o porque al ralentí es posible percibir alguna vibración a través del asiento o el volante, pero como decíamos en ningún momento llega a ser molesto.
En el Hyundai Kona esta mecánica únicamente se vende asociado a la tracción delantera y a un cambio manual de seis velocidades con un manejo de la palanca es rápido y preciso y no admite pegas. ¿Cuánto gasta? Como en casi todos los motores turbo de baja cilindrada, la respuesta es depende. Y depende, sobre todo, del conductor. Circulando a ritmo tranquilo es fácil moverse en valores inferiores a los 6,0 litros mientras que si no tenemos compasión con el acelerador resulta sencillo ver en el ordenador de abordo cifras superiores a 8,0 litros.
En cuanto al comportamiento, como todos los Hyundai Kona de tracción delantera cuenta con una suspensión trasera mediante eje de torsión, mientras que las de tracción total equipan un esquema multibrazo, aunque sinceramente eso no es un problema porque este Kona tiene un chasis bien puesto a punto.
Se trata de un modelo con una suspensión firme, que controla con eficacia el balanceo de la carrocería en carreteras de montaña y que, a la vez, mantiene una capacidad para filtrar las irregularidades bastante notable. Pero sobre todo es un coche te lo pone fácil, con una trasera muy estable y unas reacciones muy nobles en todo momento. En cualquier caso, queda claro que es un coche 100% orientado al asfalto.
Tal vez, por poner un ‘pero’ diría que la suspensión no filtra las pequeñas irregularidades con la misma eficacia que un Volkswagen T-Cross y que la dirección mejoraría con un tacto un poquitín más firme. Eso es algo que ya se ha solucionado en las versiones del Hyundai Kona de mayor potencia que pueden incorporar un mando que permite seleccionar varios modos de conducción
¿Merece la pena el Hyundai Kona 1.0 T-GDi 120 CV?
Pese a que no es excesivamente amplio, este Hyundai es un modelo equilibrado que, sin ser el mejor de la categoría en ningún apartado concreto, obtiene buena nota en todos los apartados. También lo hace con cinco años de garantía y con un precio razonable ya que, una vez aplicados los descuentos oficiales, el precio del Kona con esta mecánica arranca en los 13.990 euros en la terminación básica Essence y no llega a los 20.000 euros en el acabado superior XLE.
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