Uno ha vivido mucho: en 2011 estuve en Alicante en la presentación internacional de la primera generación del Peugeot 508, una berlina tradicional, como tantas otras. Luego viví también de cerca el lanzamiento de la segunda y actual generación del Peugeot 508 en 2018, una berlina coupé, diferente, transgresora, canalla…
Entonces, en 2018, este coche, este gran coche en opinión de todos los que lo probaban, empezaba a recibir el “pero” de que la silueta berlina está en franco retroceso, lo que le restaba eficacia comercial frente al expansivo SUV, y en el caso de Peugeot frente a un todopoderoso y exitoso 3008/5008 que venía de ganar el Car of the Year 2017.
Nuevo Peugeot 508: un buen producto

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Pero la vida y los ciclos de vida siguen y el 508 afronta la segunda fase de la vida comercial de esta segunda generación en una delicada posición de ventas dentro de la gama de la marca francesa: es el modelo de la gama Peugeot menos demandado, con 845 unidades entre enero y septiembre en nuestro mercado.
Aunque eso no quiere decir que no sea un buen producto y que la marca no crea en él, aunque dudamos que esta silueta tenga continuidad en el futuro, y menos con una general mentalidad y filosofía 100% eléctrica. Claro que acabamos de ver un Volkswagen Passat que se ha salvado sobre la campana reduciendo su actividad a carrocería familiar y quedándose en la hibridación sin recurrir a la electrificación 100%, lugar en el que está ahora mismo nuestro protagonista, el nuevo Peugeot 508.

Así que centrémonos en el producto más allá de contextualizaciones. Ya me gustaba el “antiguo” Peugeot 508 pero es que ahora ese frontal, que antes arrastraba miradas, ahora logra admiraciones del gran público. Este es su gran cambio estético, aunque haya pequeños detalles que siguen enriqueciendo este particular árbol de Navidad.
En el interior, todo más cercano a lo que conocíamos, si acaso la pérdida del pomo por tecla de manipulación del cambio, o la correspondiente actualización del sistema de conectividad/infoentretenimiento.

Sin duda nos quedamos con esa nueva versión intermedia, etiqueta CERO, que nos parece la más equilibrada en estos momentos de toda la gama: ahora tenemos un Peugeot 508 Plug-in Hybrid 180 que destaca por su facilidad de conducción en cualquier circunstancia. No se queda tan justa como los gasolina y Diesel de 130 CV y te aporta el plus de esa sobrealimentación parcial o totalmente eléctrica que te deja en paz con tu espíritu más dinámico o sostenible, según desees.
La batería sigue siendo la que encontrábamos en la variante de 225 CV, la de 12,4 kWh que anuncia un optimista tope de 64 km de autonomía eléctrica pero si logras extraer 50 kilómetros, date por contento. Peugeot no quiere entrar en guerras de autonomías para los híbridos enchufables como parecen estar haciendo otros buscando el umbral de los 100 km pero a costa de duplicar pesos -inercias, manejabilidad…- y aumentar precios.
Una vez agotada la batería, y en modo puramente térmico con el apoyo puntual de la hibridación, me comentan colegas de fuera de España que han hecho la prueba, que es casi un cinco por ciento menos tragón que el gasolina 130 CV, pese a los 300 kg de diferencia contra el PHEV. Y eso por no hablar de diferencia prestacional…

Nuestro recorrido de 150 km nos sirve para que este Peugeot 508 Plug-in Hybrid 180 demuestre que electrificación y placer de conducir son perfectamente compatibles. Pocos kilómetros para que el modo Sport manifieste su carácter modificando respuestas de motor y gestión de la hibridación, pero con un resultado satisfactorio, con ganas de pedirle al coche más para que siempre te responda a nivel de tracción, respuesta, alegría, amortiguación absorbiendo todo…
Sigo sin entender del todo bien que este Peugeot 508 Plug-in Hybrid 180 cueste, a igualdad de acabado, más de 9.000 euros de lo que cuesta la variante gasolina 130 CV EAT8 por “solo” 48 CV cuando el 225 CV -45 CV más- solo sube 2.500 euros frente al 180 CV. Es el precio de una tecnología más compleja, se me responde. Ahí lo dejo.
Cierto que también la etiqueta CERO cotiza en estos momentos en nuestro mercado. Resumiendo, el 508 más equilibrado y agradable en estos momentos. Lástima que el mercado no lo quiera, aunque esto son ciclos y quién sabe si en unos años… aunque ahora mismo el enemigo del 508 está en casa, llámese Peugeot 3008 -el nuevo- o Peugeot 408.

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