El nuevo Skoda Scout estará disponible a partir de octubre, si bien las primeras unidades no se entregarán hasta finales de noviembre o principios de diciembre. Se trata de un modelo ligeramente más largo (mide 4,68 metros de longitud), dotado de motores que cumplen con la normativa de emisiones Euro 6, consumen un 20 % menos que la generación precedente y van asociados a una caja de cambio automática de doble embrague (en la versión diésel más potente y la de gasolina) o una manual (para el diésel menos potente), en ambos casos de seis relaciones. Todos los Skoda Scout transmiten el par de forma permanente a las cuatro ruedas mediante un embrague Haldex de quinta generación. Esto, junto con los 171 milímetros de altura libre al suelo (33 más que el Skoda Octavia Combi, con el que comparte carrocería) y las protecciones de plástico que incorpora en los bajos, en las conducciones del sistema hidráulico de frenado y del combustible, permite al Octavia adentrarse por caminos de baja adherencia (embarrados, nevados o con pequeños bancos de arena) y ciertas dificultades.
La gama consta de tres versiones: TDI de 150 CV (30.340 euros), TSI de 180 CV DSG (31.840 euros) y TDI de 184 CV DSG (32.740 euros). Con la actual campaña promocional del Skoda Octavia Combi y el plan PIVE, el precio del Scout TDI de 150 CV bajaría hasta 25.000 euros.
Uno de los principales atractivos del vehículo es su mayor capacidad de remolque, que alcanza las dos toneladas, lo que supone un 25 % de incremento respecto al anterior Skoda Scout. Otro innegable argumento de venta es su completo equipamiento de serie, que incluye siete airbagas, faros bi-xenón, GPS y diversos asistentes a la conducción. En el capítulo de opciones, encontramos dos airbags adicionales, un GPS mejorado, con pantalla de ocho pulgadas, así como unos cómodos y atractivos asientos de Alcantara y cuero.
Hemos tenido la ocasión de conducir el coche por carreteras, caminos y autopistas de los alrededores de Hamburgo (Alemania) y nos ha dejado una grata impresión por varios motivos. El primero de ellos es que el vehículo es mucho más amplio pero a la vez gasta menos y mejora en prestaciones a su predecesor. El comportamiento es también un punto a su favor. Las unidades probadas disponían de equipamientos como el control de crucero adaptativo o el asistente de cambio involuntario de carril, que funcionan extraordinariamente bien.
En campo, podemos echar en falta el control de descenso de pendientes, aunque la electrónica sí está optimizada para emular el bloqueo de los diferenciales delantero y trasero actuando sobre los frenos (el bloqueo del diferencial central no necesita ser emulado, ya que el embrague Haldex cumple perfectamente esta función). Lo que no echaremos de menos es una rueda de repuesto convencional, del mismo diámetro y la misma anchura que las del resto del vehículo pero con una medida menos de llanta y mayor perfil, algo que agradecerán quienes pretendan no solo salir al campo sino también viajar con el vehículo.