Antes de navidades, la NHTSA obligaba a Tesla a realizar dos campañas de revisión (que resultaron en sendas actualizaciones inalámbricas) relacionadas con el funcionamiento del sistema Autopilot y el cierre centralizado de determinados modelos de Tesla.
La modificación del Autopilot condujo a criterios más estrictos en lo que se refiere a la utilización de este sistema que combina control de crucero adaptativo y mantenimiento de carril. Los cambios se refieren al endurecimiento de la detección de «conductor disponible y atento».
El cambio en el funcionamiento del cierre centralizado se refiere a algunas situaciones en las que las puerta podían abrirse durante un accidente, con el correspondiente riesgo de eyección parcial o completa de los ocupantes.
Estos cambios, que se habían aplicado en Estados Unidos (y parcialmente en Europa, como parte de la actualización navideña), se van a aplicar también en el mercado chino, utilizando el mismo mecanismo de actualización inalámbrica.
Vigilancia más férrea, también en China
Estas modificaciones son el resultado de un dictamen del regulador chino, según informa auto-actu.com, afectarán a automóviles construidos entre 2014 y 2023 y suponen la actualización remota de 1,6 millones de unidades de los modelos S,X y 3. Según el regulador chino, la modificación es necesaria porque, actualmente, los coches cuentan con un Autopilot que «aumenta el riesgo de colisión con el vehículo y plantea un problema de seguridad».
Aunque aún no tenemos la lista exacta de cambios que acometerá Tesla, todo parece indicar en que se centrarán en supervisar de manera más estrecha la actividad del conductor durante el funcionamiento del sistema Autopilot, así como a incluir más avisos y más visibles para alertar a un conductor distraído.
A pesar de su nombre, hay que subrayar que la función Autopilot de Tesla no es más que un sistema de conducción autónoma de Nivel 2 o 2.5 (en función del país). De esta forma, se requiere que el conductor tenga las manos siempre en el volante o, como mínimo, esté preparado para tomar el control de manera instantánea en cuanto el coche lo solicite o si surge un imprevisto.
Esta campaña, que supone actualizar virtualmente todos las las unidades que Tesla ha vendido en China (tanto producidas allí como importadas) no se puede calificar de grave, pero resulta relevante porque subraya que el regulador chino se alinea con la NHTSA en lo relativo a que la supervisión del conductor que hace Tesla durante el funcionamiento del Autopilot es demasiado laxa.
Aunque en Europa contamos con una legislación sobre sistemas de mantenimiento de carril que obliga a contar con sistemas de detección de conductor presente y disponible cada 30 segundos (y de manos en el volante ca da 15 segundos), cabe recordar que la legislación en otros países no adscritos a nuestro sistema UNECE es bastante más laxa.
En cuanto al efecto práctico de estos cambios (sobre todo los relativos al Autopilot), no esperamos que tengan un efecto perceptible sobre aquellos que solían utilizar el sistema de manera correcta, sin apartar la atención de la carretera en ningún momento. Sin embargo, imponer más controles sobre el comportamiento de los conductores restará atractivo a las primeras fases del despliegue del FSD Beta: el sistema (entre «en prubes» y «experimental» que Tesla está desplegando en lugares como Estados Unidos.
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