Golf R 20 Aniversario: Prueba del Golf más rápido de todos los tiempos

Recuerdo cuando salió al mercado el VW Golf R32 en 2003. Con el carnet de conducir recién sacado, fue uno de los coches con los que soñábamos los entusiastas de mi generación. Seis cilindros, 241 CV, tracción total y un kit estético demoledor le convertían en una pieza más que deseada. Con la siguiente generación de 2005, cargó con el sambenito de que el Golf GTI con motor turbo era más veloz en según qué circunstancias, pero el R32 siempre fue especial.

Desde la sexta generación del Golf, el Golf R32 se rebautizó como Golf R, y el motor 3.2 VR6 se desechó en favor del 2.0 TSI. Y, como hace dos décadas desde que se lanzara el primero, Volkswagen lo conmemora con el Golf R 20 Aniversario, cuyos detalles te desvelamos aquí. Ahora, ha caído en nuestras manos y vamos a probarlo.

Golf R 20 Aniversario: así va

Es el tono azul de las llantas y de los espejos retrovisores lo que más distingue a este Golf R 20 Aniversario de un Golf R estándar. También la placa identificativa que hay en el pilar B, pero siendo del mismo color negro que el propio pilar, apenas se ve. El provocativo alerón es otro de sus elementos diferenciadores, aunque en verdad era un elemento opcional en el Golf R normal.

Bajo el capó, una programación electrónica específica eleva los 320 CV del Golf R hasta 333 CV. ¿Se notan? No, pero en esos niveles de potencia es normal no poder detectar con nitidez una ganancia tan pequeña. Eso no quita que el coche sea rapidísimo, pues acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos, registro al alcance de pocos compactos deportivos. Y además tiene un segunda mitad del cuentavueltas donde se muestra especialmente vigoroso.

Si a eso le acompaña un escape Akrapovic, que viene de serie en el 20 Aniversario y al cual le encanta eructar groseramente, el resultado es muy estimulante. Suena fenomenal. Ronco, gordo y con las correspondientes detonaciones en las reducciones de la caja DSG. Siempre y cuando tengas activado alguno de los modos de conducción de ataque, eso sí.

Hablando de modos, además del programa Race, hay otros dos muy especiales: uno se llama precisamente Special y está configurado explícitamente para rodar en la sección norte de Nürburgring, con su firme bacheado, sus pianos, sus peraltes, y tal. El otro se llama Drift y es para desparramar. En esta prueba, dado que ni estamos en Nürburgring ni en un lugar habilitado para derrapar, es el modo Race el sin duda alguna más apropiado.

Hay una notoria tensión en este programa. Poca asistencia en la dirección, sequedad en la suspensión DCC y una viva respuesta en el pedal del acelerador debido en parte a que hay una función que mantiene el giro del turbo en las deceleraciones para que luego no haya retraso al acelerar.

Siempre se ha dicho que el Golf R es tan correcto que es poco emocionante de conducir, pero con esta generación, yo creo que eso queda completamente desterrado. Que haya un diferencial autoblocante atrás apunta en esa dirección (y habilita eso del modo drift, por otra parte).

Pero, para mí, lo mejor de todo es que han logrado dotar al coche no de un sesgo de propulsión, pero sí de una menor prevalencia del tren delantero, de manera que si te encuentras un subviraje, es bastante probable que se haya producido por haber hecho tú algo mal. Ahora se siente más equilibrado que antes, y eso es muy positivo de cara a la conducción.

Oye, ¿y en el día a día? Mantiene toda la usabilidad de un Golf, aunque debes se ser cuidadoso para no dañar las expuestas llantas. En modo Comfort es relativamente cómodo, en uso normal puede consumir unos razonables 10,0 L/100 km, y su calidad de construcción no sólo es buena, sino que luce mejor con las inserciones en fibra de carbono (auténtica, ojo) que hay en las puertas y salpicadero.

Pero no todo me gusta. El minimalismo del salpicadero, para mí, raya lo absurdo. Eso se refleja en los botones táctiles del volante, muchísimo más incómodos de accionar que unos normales, pero también en el pequeño módulo táctil de cuatro áreas colocado en la consola central. Implica que, por ejemplo, para acceder al climatizador tienes que tocar el botón ‘Clima’ (que encima es táctil, lo que te obliga a hacerlo retirando la mirada de la carretera) y después irte a la pantalla.

Dicha pantalla funciona muy bien pero, ¿qué necesidad de complicarse así la vida emborronando un habitáculo que, por lo demás, es muy agradable? Aunque, visto desde otro punto de vista, muchos de sus rivales hacen lo mismo. No el Audi S3, por ejemplo, que es un gran competidor, ni el BMW M135i, ni el Mercedes-AMG A 35 (aquí tienes una comparativa de los tres, por cierto).

Entonces, ¿interesa este Golf R 20 Aniversario? Me encantaría tenerlo, no me cabe duda. Es un deportivo para todo y que funciona genial. Ahora bien, hablamos de 70.385 euros. Un pastón para un Golf, por qué no decirlo. Es más caro que todos los rivales previamente citados, aunque también es cierto que viene equipado tan a tope que prácticamente sólo puedes añadir el prescindible techo solar, un equipo de sonido Harman Kardon, y no mucho más.

También son 12.370 euros más que el Golf R estándar y 18.105 euros más que el fantástico Golf GTI Clubsport, que sin tracción total pero con diferencial de deslizamiento limitado, va de locos. Aunque bueno, también es cierto que ninguno de todos los anteriores es tan especial como este Golf R 20 Aniversario.