Tras solo tres temporadas en activo, el auge de la Fórmula E, competición de monoplazas cuyos bólidos utilizan un propulsor completamente eléctrico, ha crecido de forma sustancial. Este hecho ha atraído a diversos fabricantes, que están interesados en introducirse en estas carreras con el fin de obtener visibilidad ante el público y de mejorar en el desarrollo para sus futuros vehículos con motor eléctrico. El último en anunciar que se subirá al carro de esta competición ha sido Audi, que ya participa en la Fórmula E desde su comienzo con la escudería ABT Schaeffler, pero que tomará un mayor protagonismo desde la temporada que viene -empezará el próximo 9 de octubre-.
De esta manera, en 2017 Audi aumentará su inversión en ABT Schaeffler y hará que sus coches lleven el logotipo de la marca. Además, para la siguiente temporada -2018-, está previsto que el fabricante alemán cuente con sus propios monoplazas. Así, el curso que viene los coches pilotados por Lucas Di Grassi y Daniel Abt incorporarán los cuatro aros en el frontal, el spoiler trasero y en los laterales del vehículo. En relación a la puesta en marcha de sus propios coches, Audi no dejará de colaborar con el equipo ABT Schaeffler.
En este sentido, Stefan Knirsch, miembro del Consejo de Administración y Desarrollo Técnico de Audi ha dicho que “la movilidad eléctrica es uno de los temas clave en nuestra industria. Queremos convertirnos en uno de los principales fabricantes de automóviles premium en este campo. En 2025, uno de cada cuatro coches que venda Audi será eléctrico”. Por su parte, Wolfgang Ullrich, Director de Audi Motorsport, ha declarado que “Audi constantemente ha estado utilizando el deporte motor para probar y desarrollar nuevas tecnologías para su posterior utilización en la producción. Ahora tenemos la intención de repetir esto en la serie completamente eléctrica”.