El Bugatti Veyron de Cristiano Ronaldo… directo al taller de chapa

Cuando celebridades como Cristiano Ronaldo se van de vacaciones, no se suelen limitar a alquilar un alojamiento que, en el caso del astro del fútbol portugués, se trata de una exclusiva y lujosa villa de la isla de Mallorca.

También acostumbran a llevarse algunos de sus vehículos terrestres para desplazarse por los alrededores de su lugar vacacional y, en esta ocasión, Cristiano incluyó entre su equipaje al menos dos de sus coches: un Brabus G V12 (preparación de Brabus sobre el Mercedes Clase G) y el Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse que se compró en 2016 por una cifra cercana a los 2,5 millones de euros.

Pues bien, al parecer, una persona de su entorno, cuya identidad no ha trascendido, conducía el Bugatti en la mañana del pasado 19 de junio cuando, por razones que se desconocen, perdió el control del deportivo y se estrelló contra la valla de una finca y contra una caseta que contenía bombonas de butano, en la urbanización de Sa Coma, en la costa este de la isla. Por suerte, a pesar de lo aparatoso del accidente, no hubo que lamentar daños más allá de los materiales, que serán cubiertos por el seguro del vehículo.

El Veyron Gran Sport Vitesse fue una de las últimas ediciones especiales del Veyron, un superdeportivo con motor de 16 cilindros que, en el caso de la versión Sport Vitesse, alcanza 1.200 CV de potencia con los que, por ejemplo, puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, de 0 a 200 km/h en 6,7 segundos, y de 0 a 300 km/h en 14,6 segundos, además de alcanzar la obscena cifra de 431 km/h de velocidad máxima.

Así las cosas, el Veyron de Cristiano volverá a Manchester hecho añicos. Al menos, el futbolista tiene el consuelo de que un Bugatti Chiron le espera en el garaje de su casa… y que en las próximas semanas recibirá el Centodieci que se compró en 2020, una exclusivísima pieza de 8 millones de euros de la que tan sólo se han fabricado 10 ejemplares.