En 2010, Venturi, fabricante francés de vehículos, junto a la Universidad Estatal de Ohio, establecieron en el desierto de sal de Boneville el récord de velocidad sobre la tierra. Con su Venturi Buckeye Bullet 2.5 consiguieron alcanzar algo más de 500 km/h, pero no les parece suficiente, ya que vuelven a la carga.
Y el aparato en cuestión con el que intentarán romper el récord se llama Venturi Buckeye Bullet 3, en una reedición mejorada del 2.5, con el que esperan superar la velocidad de 600 km/h. ¿Que cómo conseguirán semejante proeza? Con un motor de nada más y nada menos que 3.000 CV.
Anunciado como el «coche eléctrico más potente del mundo», se trata más bien de una bala motorizada. El vigente récord de su predecesor lo estableció con Roger Schroer al volante, un piloto de pruebas del Centro de Investigación de la Universidad Estatal de Ohio, el cual repetirá en esta ocasión.
La versión del Venturi 2.5 contaba con 800 CV, y la mejora del nuevo no solo se nota en la potencia, sino que utilizará tracción a todas las ruedas (el 2.5 era solo delantera) y un chasis de fibra de carbono y aluminio, material el primero con el que está construida la carrocería. Todo ello en un conjunto de más de 11 metros de longitud.
Los registros oficiales para conseguirlo utilizan el promedio en dos sentidos, por lo que la marca final de 2010 quedó algo por debajo de la velocidad máxima alcanzada, cifrada en 515 km/h. El coche es apodado «Jamais Contente» (nunca satisfecho), en honor a Camille Jenatzy y su coche eléctrico, que estableció un récord en la misma categoría en 1899 con 100 km/h.
En 2013 y 2014 las tormentas en la zona frustraron sus intentos, pero ahora es el momento. La máquina se dará a conocer el 8 de agosto en el evento Speed Week, y el intento de superar el récord actual será entre el 17 y el 21 de agosto.
