Si algo no se le puede negar a Jeep, es que sus coches suelen presentar un diseño repletísimo de personalidad, con reminiscencias bien aplicadas y con aspecto robusto. Sólo hay que ver su legendario Wrangler, el Compass o el más modesto Renegade. Por debajo de este último se sitúa el nuevo Avenger, lanzado a principios de este 2023.
Se trata de un SUV categorizado como urbano y con una carrocería que mide 4,08 metros de largo, 1,77 metros de ancho y 1,53 metros de alto. Se erige sobre la misma plataforma que otros modelos del Grupo Stellantis, como los Opel Corsa y Mokka o los Peugeot 208 y 2008. Tiene unas plazas traseras no muy boyantes en espacio, pero que pueden cumplir si son niños los que viajan ahí.
Por cierto, hablando de niños, resulta un poco incómodo colocar una sillita aquí porque los anclajes del Isofix no están a la vista, sino totalmente ocultos tras la tapicería (y bien atrás), lo que te obliga a anclar la sillita a ciegas, cosa que tu espalda no te agradecerá. Aparte, la luminosidad del habitáculo es tirando a pobre, aunque a cambio cuenta con bastantes huecos portaobjetos y con un maletero de capacidad media: 380 litros.
Si por fuera su diseño está muy conseguido, por dentro sucede lo mismo, si bien se aprecia que la marca se ha esforzado mucho más en que sea bonito que en que sea de calidad. No está mal hecho, pero sí tiene detalles bastante mejorables en determinados ajustes entre piezas. Además, todos los plásticos son de material duro.
Sí me gusta mucho más la postura de conducción, que permite situarte bastante abajo. Por alguna razón, al volante sientes que conduces un coche más voluminoso de lo que realmente es. Me resulta atractivo el trabajado diseño y lo bien que le queda la parte central del salpicadero en amarillo mate, algo que es opcional pero barato: 121 euros.
También agradezco que haya mandos físicos para el climatizador y para el volumen del audio, así como unas teclas para menús de acceso rápido justo bajo la pantalla central. Pantalla que es de 10,25″ y que me ha convencido menos. Necesitas un tiempo para ‘ubicarte’ dentro de su software y, además, tiene un procesador poco potente, lo que se traduce en que sea preocupantemente lenta en algunas cosas.
El tránsito entre menús no es ni mucho menos inmediato e, incluso, se da el caso de que desde que insertas la marcha atrás hasta que la pantalla conecta con la cámara trasera pasan un par de segundos como mínimo. Es un poco incordio porque acabas iniciando la marcha atrás antes de que puedas ver la imagen captada por la cámara. Aunque bueno, si obvias la lentitud de manejo, tampoco está mal y en cuanto a resolución sí es buena.
Otra cosa que no me agrada es lo excesivamente grande que es el pomo del cambio, que por cierto en la versión de gasolina es exclusivamente manual de seis relaciones. La caja de cambio tiene un manejo normalito, con inserciones más o menos precisas pero con recorridos bastante largos. Otra cosa mejorable es que la visibilidad hacia atrás es tirando a poca, lastrada por el diseño exterior.
Y es que, como decíamos, el diseño es la principal carta de presentación del Jeep Avenger. Es más, es que cuenta con unas posibilidades de personalización muy superiores a las de la mayoría de sus rivales. Puedes ponerle distintas carcasas en los retrovisores (incluido el interior), diferentes molduras, diseños alternativos para la parrilla frontal, adhesivos en el capó y techo…
En la gama Avenger hay un motor eléctrico de 156 CV y uno de gasolina de 100 CV. Pronto llegará una versión microhíbrida de este último, cuyos detalles te desvelamos recientemente en esta entrada.
Este Avenger lleva el motor de gasolina, que es un 1.2 turbo de tres cilindros que también incorporan tantos y tantos coches del Grupo Stellantis. No tiene un rendimiento destacable, pero para un uso normal, cumple. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos, alcanza 184 km/h de velocidad máxima y homologa un consumo de 5,6 L/100 km.
En la práctica, ese consumo se acerca a los 7,0 L/100 km, especialmente en el caso de esta unidad, que luce el acabado superior Summit con llantas de 18″. No se siente muy poderoso y obliga a recurrir al cambio cuando necesitas potencia, sin embargo, le sienta estupendamente a un automóvil de este tipo.
En general es un coche bastante cómodo favorecido por su esponjosa suspensión, aunque como es lógico eso tiene una cara opuesta: a la hora de enlazar curvas en carretera, el balanceo de la carrocería es notorio. No obstante, es un coche que transmite confianza, del que percibes reacciones seguras y fáciles de entender, así como un aplomo y estabilidad que no suelen verse comprometidos.
Es un Jeep, así que inclinaciones off-road tiene que tener. No es un coche para salir del asfalto pero, aun así, se toma la libertad de ofrecer modos de conducción para arena, barro y nieve. Actúan esencialmente sobre la respuesta del acelerador y sobre el control de tracción, al igual que los programas tradicionales que también tiene: Eco, Normal y Sport.
En síntesis, tras varios centenares de kilómetros a su volante, diría que el Jeep Avenger no es bueno en nada en términos de conducción, pero tampoco malo. En todo merece un aprobado, aunque no mayor nota que eso, de manera que es un coche equilibrado para quien busque una bonita herramienta de desplazamiento.
¿Su precio? No es que sea barato, pues arranca en 23.300 euros, mientras que esta unidad con acabado Summit asciende a 28.600 euros. Sin embargo, se sitúa en precio por debajo de la media del segmento. Aun así, hay algunas alternativas que pueden salirte por un poco menos, como el Kia Stonic, el Hyundai Bayon, el Renault Captur, el SsangYong Tivoli o el Citroën C3 Aircross.
No obstante, si lo compras online puedes beneficiarte de un suculento descuento de más de 2.000 euros. Por ejemplo, este Avenger 1.2 Turbo Summit puede ser tuyo por 26.200 euros. En color rojo eso sí. Si quieres la combinación bicolor con techo negro, como es el caso de este ejemplar, deberás sumar 998 euros adicionales.
Así que bueno, ¿es el Jeep Avenger un coche comprable? Sí si tienes claro qué te estás comprando. Es un modelo que no sale mal de precio y que luce un diseño fantásticamente bien conseguido. A cambio, no es de los mejores ni por calidades, ni por espacio interior, ni por sistema multimedia, ni por conducción, si bien tampoco resulta desaconsejable por ninguno de esos aspectos.