Una de las prioridades del Ayuntamiento dirigido por Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, es la reducción del uso del vehículo particular. Para ello está barajando una serie de medidas de las que muchas pasarán a ser oficiales en el nuevo plan de calidad del aire. Entre ellas se encuentra la última decisión anunciada por el consistorio, que trata de cobrar el aparcamiento también fuera de la almendra interior de la M-30, una de las principales vías de circunvalación de la capital de España.
Con ello lo que se pretende es disuadir del uso del coche; no obstante, los residentes en dicha zona no tendrán que pagar tasa anual alguna, lo cual no ocurre con los que viven dentro de las fronteras de la M-30. Uno de los argumentos esgrimidos por Paz Valiente, directora General de Sostenibilidad y Control Ambiental del Ayuntamiento de Madrid, para llevar a cabo esta medida ha sido la saturación de vehículos que se da en algunas zonas en las que los conductores dejan aparcados sus coches para ir al centro en transporte público. Como ejemplos más destacados ha señalado Arturo Soria y Ventas.
Lo cierto es que también ha declarado que los propios vecinos se están quejando de ese efecto frontera que impide a muchos aparcar e, incluso, moverse. Así las cosas, la idea del Ayuntamiento es ir regulando el aparcamiento en función de la demanda de éste y siempre a petición de los vecinos. Por último, desde el consistorio se ha evitado dar fechas de referencia en cuanto al comienzo de esta propuesta.
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