En 1971, el Datsun 240 Z escribió una importante página en la historia de Nissan y del deporte del motor. Durante la decimoséptima edición del East African Safari Rally o, abreviando, del rally Safari, el antepasado directo del actual Nissan 370 Z se transformó en un sorprendente vehículo de raids capaz de vencer a los todopoderosos Porsche 911, a una legión de robustos y competitivos Peugeot 504 o a otros purasangres de los rallys como los BMW 2002 Ti, Ford Escort de primera generación y Lancia Fulvia HF, todo ello en una edición en la que 117 de los 149 vehículos que tomaron la salida no consiguieron acabar la carrera.
La unidad con la que el piloto germano-keniata Edgar Hermann logró la victoria en aquel durísimo rally Safari había permanecido almacenada tal y como terminó la carrera hasta que en 2013 fue rescatada del olvido por la filial norteamericana de Nissan, que la restauró lo justo y necesario para devolverla a la vida y mostrarla de forma estática, si bien en un futuro está prevista una segunda fase de la restauración que devolverá todo su esplendor a la cadena cinemática de este veterano de los rallys y hará que su motor de seis cilindros y 210 CV vuelva rugir como lo hizo hace más de 50 años por las interminables pistas de Kenia.

Más de medio siglo separa el Datsun 240 Z ganador del rally Safari del hipertrofiado Nissan Juke Hybrid Rally Tribute; medio siglo en el que el automóvil ha cambiado de manera drástica. Los asistentes de seguridad, las emisiones de CO2 y NOx, la conectividad o la conducción autónoma eran conceptos que no existían ni en la ciencia-ficción de la época, conceptos éstos y algunos otros más que han transformado de forma inevitable la concepción de los automóviles.
Pero ¿qué es en realidad este Nissan Juke Hybrid Rally Tribute? Básicamente se trata de un escaparate bastante llamativo con el que mostrar la nueva planta motriz híbrida que llegará próximamente al benjamín de los todocaminos de Nissan, una planta motriz que ya se comercializa en varios modelos de Renault distinguidos con el apellido e-tech, denominación que en el caso de Nissan se reemplazará por un sencillo ‘Hybrid’.


El sistema motriz consta de un conjunto en el que interactúan un propulsor 1.6 atmosférico de gasolina, una máquina eléctrica que actúa alternativamente como motor y como generador, otra máquina eléctrica más compacta que únicamente se emplea como generador y una caja de cambios de cuatro velocidades, todo ello montado en posición transversal bajo el capó para repartir el par disponible exclusivamente a las ruedas del eje delantero, y esto es importante ya que el Juke Hybrid no dispone de tracción total; de hecho, ninguna versión de esta segunda y actual generación del Nissan Juke cuenta con tracción total. El sistema se completa con una pequeña batería ubicada bajo el piso del maletero, ligeramente por delante del eje trasero.


Al volante del Nissan Juke Hybrid Rally Tribute
Hemos tenido la oportunidad de ponernos a los mandos de este prototipo en Marruecos, y las sensaciones han sido mucho más positivas de lo esperado, ya que el vehículo es completamente funcional. Sí nos sorprenden algunas peculiaridades, como el hecho de que este Juke se ponga en marcha siempre en modo eléctrico (aunque a veces el motor térmico se encuentre funcionando a régimen constante para recargar la batería), algo que responde a una de las características distintivas del nuevo sistema híbrido de Nissan y Renault.

Y es que esta cadena cinemática cuenta con dos características diferenciadoras. Por una parte está la ausencia de embrague, que es lo que obliga al vehículo a ponerse en marcha en modo eléctrico. Y por otro lado resulta llamativo el uso de un motor eléctrico relativamente grande en comparación con el motor térmico.
Esto, entre otras cosas, tiene una consecuencia directa en la gestión de la batería, que es tan pequeña como en cualquier otro híbrido no enchufable pero ha de suministrar más potencia para alimentar el motor eléctrico, que como hemos visto es más grande, motivo por el cual el umbral de carga de la batería se mantiene más alto que en otros híbridos. Y es que la parte eléctrica aporta un máximo de 205 Nm, mientras la parte térmica contribuye solamente con 148 Nm. Todo ello permite al sistema motriz ofrecer, en conjunto, una potencia máxima de 143 CV, si bien este dato no es aún oficial.
Preparación off-road de verdad
Pero por mucho que la parte híbrida pretenda ser la protagonista de este Juke, lo cierto es que la preparación off-road se convierte desde el primer momento en el foco de atención. Básicamente, las ruedas de calle (de 69 centímetros de diámetro) se sustituyen por unas Goodyear Wrangler Duratrac específicas para uso todoterreno, con una altura de casi 78 centímetros, que es un 12,7 % mayor que la original. Gracias al empleo de llantas de garganta desplazada y separadores de rueda, la anchura de vías aumenta de forma notable, mientras que unos nuevos conjuntos de muelles y amortiguadores regulables son los principales responsables del incremento de la altura libre al suelo.
Los bajos se revisten de planchas protectoras; las aletas incorporan unos prominentes aletines; faros auxiliares emergen tanto sobre el capó como en el techo, donde aparece además una baca africana; el escape se desdobla, pierde el silencioso trasero y aflora justo debajo de un portón cuya luna desaparece para dejar asomar dos ruedas de repuesto y, a todo esto, innumerables guiños al legendario Datsun 240 Z se hacen un hueco en el exterior de un SUV que tiene un aspecto demasiado irreal, una apariencia de fake que nos lleva a no esperar gran cosa a nivel dinámico…


Pero lo cierto es que el Nissan Juke Hybrid Rally Tribute cuenta con una buena dirección, suficientemente asistida como para mover sin problemas las ruedas sobredimensionadas. No hay reacciones no deseadas inducidas por el nuevo calzado, por las vías ensanchadas o por la mayor altura al suelo, aspectos que suponen un cambio radical en las geometrías de ambos ejes. Tampoco encontramos nada que no nos guste en los frenos ni en las suspensiones, que, al contrario, incitan a atacar más y más deprisa las zonas más exigente de los diversos escenarios por los que nos movemos: carreteras de diferente tipo, caminos más o menos rotos, ríos de arena, pequeños pedregales, hamadas… incluso “flirteamos” con las bases de las dunas que dan la bienvenida al erg Chebbi.

Todo funciona razonablemente bien, tanto que empezamos a preguntarnos si este Juke sería capaz de acabar hoy el legendario rally Safari. Al fin y al cabo, nos encontramos en un habitáculo decorado con arneses de cuatro puntos, volante revestido en piel vuelta sintética con marca de centrado, pedales de aluminio, estructura anti-vuelco, intercomunicadores, extintor y un aparente freno de mano que es más bien una vistosa pieza de atrezzo.
Y es que no cabe duda de que este hipertrofiado Nissan Juke despierta sentimientos encontrados. Por una parte, hay algo primitivo en un compacto todocamino urbano con ruedas gigantescas y una carrocería separada del suelo, algo que hace aflorar a ese niño pequeño que todos llevamos dentro y nos pone en la cara una sonrisa. Por otra parte, no hay en este Juke mucho de la esencia de ese Datsun 240 Z que se impuso a un centenar y medio de rivales en uno de esos rallies en los que la aventura contaba más que la velocidad. En cualquier caso, ha sido un privilegio poder pasar una jornada conduciéndolo, y esperamos poder mostrártelo en vídeo muy pronto.

- Motor 1.6 gasolina de 94 CV y 148 Nm.
- Motor eléctrico de 49 CV y 205 Nm.
- Cambio automático de 4 velocidades.
- Tracción delantera.
- Neumáticos MT 265/70-16.
- Suspensiones regulables.
- Arneses de cuatro puntos.
- Arco anti-vuelco.
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