El Suzuki Swift es todo una clásico de nuestras carreteras. Nunca ha sido un superventas, pero sí es un modelo relativamente común de ver. Durante 40 años, siempre ha sido un buen ejemplo de fiabilidad, robustez y buena conducción.
Su actual generación data de 2024 y reemplazó a la de 2016. Hace muy poco pudimos probarlo y constatamos las buenas maneras que ofrece, de modo que tampoco nos extenderemos mucho aquí porque en esa prueba hay muchos detalles sobre el vehículo. En esta segunda toma de contacto he intentado valorar cómo de buena opción es este Swift como coche para el día a día.
Bien, hablamos de un urbano de 3,86 metros de largo, 1,73 metros de ancho y 1,49 metros de alto, dimensiones que ya dejaron atrás la mayoría de modelos de su segmento, que ya superan los cuatro metros de largo. Tiene unas plazas traseras muy aceptables para su tamaño y un maletero de 265 litros de capacidad, menor que el de la mayoría de urbanos, pero claro, es que el coche es más pequeño. Y más maniobrable, lo cual es una de las cosas que posicionan a este modelo como una gran opción como coche cotidiano.
Su motor es un 1.2 de tres cilindros y 83 CV que cuenta con la asistencia de un sistema de hibridación ligera de 12V que incorpora un motorcillo eléctrico de 3 CV. No sirve, evidentemente, para impulsar el vehículo por sí solo (sí que asiste al de gasolina), pero sí para poder disponer de la etiqueta ECO que ya comienza a ser más que recomendable si quieres un coche de uso urbano.
Gasta realmente poco. Anuncia 4,4 L/100 km en su versión con cambio manual y 4,7 L/100 km en la que lleva cambio automático de tipo CVT, que es la que tenemos. Y hemos obtenido un consumo en ciclo combinado de sólo 4,9 L/100 km, lo que es muy buena cifra.
Prestacionalmente hablando ofrece un resultado discreto, pero sus 83 CV sin sobrealimentación cunden bastante bien gracias en parte al bajo peso del coche, que ronda la tonelada. No en vano, acelera de 0 a 100 km/h en unos dignos 12,2 segundos, por ejemplo, y puede llegar a 170 km/h.
Ese cambio automático, por cierto, tiene un sobreprecio de 1.500 euros y, francamente, funciona muy bien. Es suave, no da tirones raros… y hasta cuenta con siete marchas ficticias, que puedes seleccionar a través de las levas, que dan el pego bastante bien. Diría que entre los coches con cambio de tipo CVT, el Swift es uno de los más agradables de conducir en este aspecto.
Por dentro es sencillo, con todo en su sitio, sin nada superfluo, en seguida te haces a todo y te sientes cómodo. Hay una instrumentación analógica simple y funcional y un sistema multimedia que no resulta nada engorroso. De calidades está en la media, con mucho plástico duro pero buenos ensamblajes. Al igual que sucedió con sus anteriores generaciones, este Swift da la sensación de que envejecerá bastante bien.
A nosotros no nos cabe duda. Si quieres un coche pintón, no muy caro (entre 18.500 y 22.600 euros en función del equipamiento y la caja de cambio), que gaste poco, que no se rompa, que tenga etiqueta ECO y que sea manejable en ciudad, tienes en el Suzuki Swift una gran alternativa.
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